Relajamiento y contagios
Había tomado la decisión de ya no hablar del covid-19. Para unos ya no hacerlo es una oportunidad para no entrar en el miedo, el temor; sin embargo, lo hago nuevamente, por varios motivos: el covid existe, es una realidad; en mi familia se contagiaron dos, uno ya la libro y el otro lamentablemente falleció.
Los testimonios son irrefutables. Son de personas conocidas. Mi familiar contagiado me describió el infierno, la tensión, el temor a morir, que se vive. Hace días, una comadre, consigno en su Facebook los días que lleva padeciendo el contagio; de cómo se siente, cuando se quita el oxígeno, sea para comer o bañarse, siente que se muere.
CERCANIA DEL CONTAGIO.
Hay una realidad, también, ineludible: en la calle, incluso en los coches, ya es más constante, consistente, el uso de las medidas; entre ellos, el cubrebocas. Al salir al super, por ejemplo, vemos en la calle a personas, incluso familias, que traen puesto el cubrebocas. Estoy convencido de que, esta actitud, nace porque cada día es más cercano el círculo de los contagios: ya conocemos, incluso, a unos que han fallecido.
Tan solo esta semana, me dijo un vecino, cuyo hermano fue mi maestro universitario: Profesor, mi hermano está muy mal. Y, en el Facebook, una de mis comadres hizo público su contagio; antes, allá en Matamoros, uno de mis compadres se contagió. Así, creo yo, que unos y otros pueden hacer un recuento… pero, en la práctica, no hay necesidad: en las redes sociales se anuncian contagios y fallecimientos de amigos y familiares.
VICTORIA VICTIMA.
Pese a que, les cuento, veo que hay más personas que se cuidan, tenemos que nuestra ciudad en los últimos días se ha convertido en la campeona de los contagios, y claro de fallecimientos. ¿Por qué este fenómeno? La única respuesta, sin la menor duda, es que son consecuencia del relajamiento social; ya hay lugares en donde se da servicio al público, como algunos restaurant, ya se abrió al público Los troncones…. Y las fiestas no terminan.
Me resisto, como muchos, a leer más noticias sobre el covid, sobre todo del estado y la capital. Sin embargo, no se puede ocultar la realidad. Un día, me dijo un vecino: Profesor, cuídese, no salga y me comento sobre los vecinos que han fallecido. No aparecen en la app, pero otro vecino y el de la tienda de abarrotes me confirmo el dato. Y lo sorprendente, hace días, una amiga aun me manifestó su escepticismo sobre la existencia del virus.
BROTE Y REBROTE.
Si hacemos caso a la información de las autoridades médicas, el covid-19 llegó para quedarse. Eso tiene un doble significado: 1) Mientras no haya una vacuna, hay que cuidarse y extremar todo tipo de cuidados. No sabemos, Dios no lo quiera, que en cualquier momento y lugar uno se puede contagiar; y 2) No sabemos para cuándo habrá vacuna, entretanto, hay que resignarnos, los pronósticos es que serán hasta la primavera. Entonces, no hay de otra, a seguir cuidándonos.
Y es que, los hechos son evidentes: en Europa el rebrote está a la orden del día, al grado que en España como en Inglaterra, se han tomado nuevamente medidas de confinamiento. Y en México ya hay rebrote; los contagios habían disminuido a un promedio de 3 mil, pero ya son, unos días 5 y otros 6 mil. Y en algunas entidades es extrema: al grado que ya hasta Gatell y otros servidores públicos irán a Chihuahua: se prendieron los focos de alarma.
Melitón Guevara Castillo
Licenciado en Administración Pública (UAT), Doctor en Comunicación y Periodismo (Universidad de Santiago de Compostela).
Profesor Emérito de la UAT. Líder del Grupo de Investigación “Democracia y Comunicación Política” de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales (Victoria, Tam.,).
Representante en Tamaulipas de la Red Nacional de Investigadores de la Calidad de la Democracia.
Escribe la columna política DESDE ESTA ESQUINA, desde 1984 en El Diario de Cd. Victoria y actualmente en Hoy Tamaulipas.
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