En esta ocasión la preparación del último debate entre los candidatos a la presidencia de los Estados Unidos, fue mejor y con más respeto entre los candidatos, especialmente el presidente Donald Trump fue más respetuoso a diferencia de la última vez que fue un debate muy criticado por la prensa en general, así como el público. La verdad era una oportunidad para los dos para tratar de o acrecentar la ventaja o mantenerse en el caso de Joe Biden o de cerrar la brecha en el caso de Donald Trump. Tocaron temas primordiales como la economía, la pérdida de empleos, el manejo del sistema de salud (Obama care), migración, la problemática de la desigualdad y el racismo, energías renovables, entre otros.

Donald Trump muy enganchado en su estilo muy peculiar, frontal, irreverente, puntualizando en puntos que intentaba dejar mal parado a Biden, como lo de la presunción del hijo de Biden de tener tratos con Ucrania y que él mismo (Biden) se veía beneficiado, lo acuso en diversas ocasiones de haber tenido tantos años en la política y que sus resultados eran pobres. Lo acusó de haber sido 8 años vicepresidente y no haber alzado más la voz. Biden para mi sorpresa se defendió muy bien e incluso de obvias mentiras o alusiones sin fundamento, no suele ser muy expresivo pero se notó que se preparó bien. El mensaje de Biden estaba basado sobre la unificación social y eso lo remarcaba cuando podía, como una narrativa sólida que se ve reflejas en el estado de ánimo actual de su país.

Los dos tuvieron buenos momentos y buenos “golpes” políticos asestados, Trump nunca dejando de ser como es con todo lo que ello implica, reflejado en los comentarios que decía que era después de Abraham Lincoln el que más había hecho por los derechos humanos y racismo especialmente para aquellos de descendencia afroamericana. La mediadora preguntó sobre el caso de los 500 niños en la frontera que no han podido juntarse con sus familias por que no las encuentran y Trump dijo que era un pendiente pero que los estaban tratando muy bien y en excelentes condiciones, cuestión que es una gran mentira según analistas y activistas de derechos humanos. Biden se reía en esos momentos y contestaba después con su punto de vista.

En resumen, personalmente siento que Biden salió mejor librado, pero pienso que Trump mantendrá su base social fuerte. Lo que sí es un hecho es que incluso si lo vieran como un empate o resultado parejo, siento que Trump sale perdiendo porque es él quien viene desde meses atrás apareciendo abajo en las encuestas. Tampoco Biden es un gran orador, pero mantuvo congruencia y salió bien librado. En ciertos estados que les llaman claves (Key States) las encuestas están parejas aunque en otros estados que Trump había ganado cuando fue electo presidente, Biden está por encima de él. Se acerca el 3 de noviembre y por ende un momento crucial para el aún país de mayor influencia en el mundo y a nosotros también nos debería interesar para saber cómo vendrá nuestro futuro, sabedores de nuestra relación e interdependencia social y económica con nuestro vecino del norte. 

Y decían que yo exageraba…

En el debate platicaron sobre la gran problemática generada por los cierres de miles de negocios, la pérdida de millones de empleos y los estragos fuertes en la sociedad creando la presente pandemia al menos 8 millones de personas en situación de pobreza en el país más poderoso del mundo. Si a ellos los está golpeando duro imagínense a nosotros, tanto así que es un tema primordial para ellos y lo toman con la seriedad necesaria.

Ya ven que no estaba tan errado con mi postura desde hace meses y por eso mi frustración y enojo por lo poco que se ha hecho aquí como lo expuse en mi columna pasada. No es cuestión de pregonar saber más que otros, es cuestión de saber que se tiene que estar haciendo más y no se hace.

Jorge Alonso Infante Alarcón  

Carrera Licenciado en Relaciones Internacionales.

Maestría en Administración Pública en la U.A.M. Francisco Hernández García (U.A.T.)