Hermosillo, Son. - La pandemia de Covid-19 presenta la más profunda crisis de salud pública y económica, en la que las fronteras se ha cerrado, las naciones se han bloqueado y los individuos se ha aislado socialmente por el bien colectivo. 

El académico de la Universidad de Auckland en Nueva Zelanda, Steve Matthewman, señaló que lo aparentemente imposible ha ocurrido y la sociedad está involucrada en un experimento social sin precedentes como para elaborar un análisis sociológico.  

Al impartir la conferencia “Una sociología del Covid-19: reflexiones internacionales para orientaciones locales” vía Facebook Live por invitación de El Colegio de Sonora (Colson), mencionó que existen elementos de la pandemia que ofrecerán oportunidades. 

El especialista en sociología refirió que para que los “capitalistas del desastre” se beneficien, mejorará ciertas formas de vigilancia y tendrá un impacto mucho más negativo en algunos grupos de interés que en otros, uno de ellos las diferencias de género.   

Matthewman añadió que la debilidad de los sistemas sanitarios es un problema evidente y el aumento de la densidad urbana permite que estas enfermedades se propaguen rápidamente, mientras que las migraciones laborales y los circuitos mundiales de mercancías funcionan como vectores que las llevan lejos de su lugar de origen.   

“Los desastres son esencialmente fenómenos sociales. Las amenazas y las experiencias de los mismos son públicas y compartidas. La adversidad colectiva crea solidaridad social. Esto une a las personas, proporcionando la base para el apoyo físico y emocional. Estamos todos juntos en esto”, expresó.   

El académico de la Universidad de Auckland en Nueva Zelanda detalló que hay un obvio componente de género pues son las mujeres las que están en la primera línea de atención del coronavirus debido a que la mayoría de los trabajadores de la salud y de la asistencia social del planeta son mujeres, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS) la cifra es del 70 por ciento.

La mayor parte de la atención sanitaria no es remunerada y la realizan las mujeres en el hogar, explicó, y son quienes realizan más del 75 por ciento de todo el trabajo no remunerado del mundo y se han demostrado las consecuencias de la división doméstica desigual del trabajo durante Covid-19.   

Añadió que es muy pronto para llegar a conclusiones sobre algo que aún está en marcha, pero si no es así, la pandemia de coronavirus dice que lo imposible sucede y que otras formas de vida están a nuestro alcance.   

Finalmente, sostuvo que la sociología como disciplina encargada de dar sentido a la cohesión y transformación social contemporánea, está bien situada para comentar el coronavirus y sus profundas consecuencias.