Corrió fuerte hoy el rumor sobre la dimisión de Xicoténcatl González Uresti, es más varios medios ya lo dan por hecho que será en los próximos días para que esto se concrete. De ser así debe venir un verdadero y real cambio no solo de personal sino de fondo y forma en cuestión política-administrativa. Ya no se puede poner ninguna excusa ni pretextos para no hacer las cosas como se deben, administrar un municipio nunca debió de ser algo tomado a la ligera, y no me refiero a esta administración sino a las miles en todo el país. Un retraso sistemático es el que hemos estado viviendo por años y aún que existen y existieron hombres y mujeres que cumplieron y que cada administración ha hecho buenas cosas, en un resumen general tendríamos que aparecer reprobados. Por mucho que quisiera no decirlo contundentemente las evidencias están muy claras.

Los camiones de basura no se descompusieron por el desgaste de estos dos años, los baches no se hicieron nada más porque sí, la falta de calidad en los materiales y en hacer las obras es algo que viene de años atrás. La corrupción ha sido la constante y los malos y/o turbios manejos siempre han estado presente de una u otra forma. Decía mi abuelo: “En todas las obras hay sobras” ese ha sido más la forma de pensar y hacer las cosas en lugar de dirigirse con honestidad y compromiso ciudadano. Muchos llegan con la idea de servirse y no de servir a los demás, quieren amasar cuantiosas fortunas en tres años, en lugar de edificar un legado de pulcritud y bien hacer. Mientras se politicen muchos asuntos de la vida pública las cosas no serán diferentes, los intereses grupales o políticos muchas veces sobrepasan a lo de los ciudadanos, es más importante cumplir compromisos que comprometerse a dar todo por la causa del “pueblo”.

Pudo haber pasado la revolución mexicana pero su esencia e ideales parecieran insulsos en estos tiempos, los valientes revolucionarios estarían avergonzados del destino que le dimos a la nación. Vergüenza es la que debemos de sentir, pero la que por lo visto muchos no conocen. Llegó la hora de la verdad, si quieren enderezar el barco tiene que ser con un capitán preparado y con marineros puestos por su perfil y capacidad más que por compromisos o conveniencia. Las aguas están fuertemente alteradas y si no se comprende que es momento de dejarse de fregaderas, nuestro destino está condenado a naufragio colectivo.

Victoria no aguanta más simulaciones y la gente está verdaderamente cansada.

También se dice lo bueno…

Muy bien por COMAPA Victoria, el cambio de más de 50 equipos hidráulicos que ya estaban obsoletos vendrá a ayudar mucho a la causa del tema del agua. Falta mucho por hacer pero con estas acciones van por el camino correcto y reflejan lo bueno que se hace cuando el gobierno estatal también participa para hacer las cosas mejor.

Jorge Alonso Infante Alarcón  

Carrera Licenciado en Relaciones Internacionales.

Maestría en Administración Pública en la U.A.M. Francisco Hernández García (U.A.T.)