Cuando comencé a leer la “Introducción histórica”, que sobre el filósofo Baruch Spinoza (Ámsterdam 1632- La Haya 1677) escribe Atilano Domínguez en el “Tratado teológico-político”, creo que me condujo hacia un panorama muy claro con respecto a los acontecimientos políticos y religiosos que se suscitaron en Holanda, en contra de Spinoza luego de la aparición en 1670 de su libro “Tractatus theologico-politicus”.

Uno de esos dramáticos acontecimientos fue la expulsión de Spinoza de la comunidad judía a la que pertenecía y que se debió principalmente por tener ideas contrarias a la religión oficial.

En una casa situada en Ouderkerk, una aldea cerca de Ámsterdam, el filósofo se dedicará a pulir lentes para telescopios, microscopios, así como de otros aparatos ópticos.

En cuanto a su formación se sabe que tenía conocimientos de medicina, química, física, matemáticas; contaba con una formación sólida, sobre todo hebrea, con educación teológica, y gran conocimiento de la Biblia. En filosofía se sabe que leyó a los filósofos clásicos: Sócrates, Platón y Aristóteles, incluso a los estoicos.

Pues bien.

Con esta breve información nos podemos dar una idea de quién fue Baruch Spinoza en su tiempo, es decir, un filósofo que vivió prácticamente en la pobreza, solo, pero con mucho interés por sacara a la luz sus ideas las cuales tuvieron en aquel tiempo una infinidad de opositores, al grado de que alguien estuvo a punto de darle una puñalada por la espalda.

A Spinoza se le recuerda como una persona íntegra y pacífica, pero eso sí, muy inteligente. Personas importantes como políticos y sabios viajaban hasta Holanda para pedirle un consejo.

Voy a romper un poco con el ritmo de la formalidad biográfica con la que lo venía haciendo para decirles que hace tiempo un camarada me había contado que el filósofo Spinoza se había dedicado toda su vida a pulir lentes, lo que no me explicó mi camarada fue que no eran precisamente lentes de los que usamos para leer, sino que eran lentes para telescopios, y otra cosa más, si el filósofo vivió en la pobreza fue por gusto, porque él prefirió dedicarle tiempo a la filosofía y ser ajeno a cualquier compromiso que le restara el valioso tiempo de reflexionar para escribir sus libros, porque hubo también una propuesta para impartir cátedra en una universidad la cual, también, rechazó.

De que hubo gente que quiso apoyarlo económicamente, sí que la hubo, como el rico aristócrata Juan de Witt con quien se supo tenía una muy buena relación de amistad, pero el filósofo prefirió vivir para la filosofía.

Ha habido pensadores de nuestros tiempos que lo han reconocido, como, por ejemplo: Bertrand Russell, Gilles Deleuze, Friedrich Nietzsche, Henri Bergson.

Creo yo que siempre va a valer la pena investigar la biografía de estos grandes filósofos, porque es importante saber la época en que vivieron, el contexto histórico en el que se desenvolvieron, con quienes convivieron, cómo se formaron.

De ahí que las mismas circunstancias orillen al filósofo a reflexionar en su momento, para su época, para su gente, para crear su propia filosofía.

Del Tratado teológico-político de Spinoza, leí unas cuantas páginas las cuales me ayudaron a encontrar unos datos que andaba buscando, y que es con respecto al miedo y la superstición. Habría que continuar esas lecturas porque creo haber encontrado algo demasiado importante.

Lamentablemente Baruch Spinoza murió de tisis a los cuarenta y cuatro años.

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Documentos en PDF

Axel Cheniavsk y Enrique Alcatena (2007). “Spinoza para principiantes”.

Alianza Editorial, S.A., Madrid, 1986 “Baruch Spinoza Tratado teológico-político”, ver Introducción histórica, de Atilano Domínguez.

Solé, Juan (2015). “Spinoza La filosofía al modo geométrico”.

Ricardo Hernández Hernández
Poeta y columnista

Colaborador del portal:” Hoy Tamaulipas” hasta la fecha.
Actualmente estoy cursando un “Diplomado en Creación literaria” en la Biblioteca del Centro Cultural Tamaulipas, con el maestro José Luis Velarde.