Ciudad Victoria, Tamaulipas. - Con 1,078 casos activos, el 30 de mayo ante la presión ejercida por grupos económicos y sociales en el Estado, la Secretaría de Salud y la de Desarrollo Económico “abrieron la válvula de escape” permitiendo la reapertura de negocios considerados como no esenciales. Pero resultó contraproducente. 

Con esa medida se daba paso a las cuatro fases para volver “a la nueva realidad”.

El problema fue que la ciudadanía “entendió” que esa medida era para que salieran de sus casas y para el lunes 1 de junio, se pudo notar una considerable cantidad de personas en las calles.

Y la estrategia no funcionó, empeorándose la contingencia sanitaria. Por ejemplo:

Antes de la medida, la Semana Epidemiológica 22 (24 al 30 de mayo) terminó con 498 casos positivos de Covid-19, 34 muertes y 160 recuperados.

Pero, una semana después y ya con en la “nueva realidad”, los contagios se dispararon a 602 y los muertos en 39. La Semana 24 (del 7 al 13 de junio), de nueva cuenta aumentaron a 776 contagios y 47 muertos.

Para la Semana 25 (del 14 al 20 de junio) en siete días, Tamaulipas contabilizaba por primera vez 1,189 contagios y 83 muertes.

Un mes después, ya en la semana 28, en el Estado en solo siete días los contagios se contabilizaban por arriba de los 2 mil casos.

Eso provocó que el 13 de julio, se determinara que las principales ciudades como Altamira, Ciudad Madero, Matamoros, Nuevo Laredo, Reynosa, Río Bravo, Tampico y Victoria, dieran marcha atrás en la reapertura de actividades no esenciales, y se tomaron medidas como:

El cierre de negocios con actividad no esencial a las 17 horas

El cierre de supermercados y tiendas de autoservicio de lunes a viernes hasta las 22 horas y fines de semana hasta las 17 horas.

La prohibición de venta de bebidas embriagantes durante los fines de semana.

El transporte público debería de operar al 50 por ciento.

Pero de poco sirvieron las medidas, los números continuaron al alza. En la Semana 29 eran 2,196 casos positivos y esto hizo que se endurecieran las medidas, por ejemplo:

Las actividades económicas no esenciales deberían de prestar sus servicios de lunes a viernes hasta las 17 horas y los sábados y domingos deberían de suspenderlas en su totalidad.

Los supermercados, tiendas de autoservicio, mercados y análogos, los sábados y domingos deberían de cerrar a las 5 de la tarde y de lunes a viernes a las 20 horas.

Se repetía la prohibición de vender bebidas embriagantes durante los fines de semana.

Y el transporte público no operaría durante sábados y domingos.

Pese a todas estas medidas que no fueron bien vistas por los sectores económicos, el número de casos continuó y fueron mucho más elevados, por ejemplo, en la 30 se registraron 2,404 contagios; en la 31, un total de 2,429 y en la 32 otros 2,605.

Ya en la 33 podría decirse que empezará a mostrar un descenso en los contagios por semana, se considera que fueron en las dos semanas anteriores cuando Tamaulipas alcanzó el mayor pico de infecciones.

El problema, es que este lunes se analizará si Tamaulipas pudiera volver a abrir “la válvula de escape” y permitir que otras actividades reabran en la llamada “nueva realidad”.

Según el último informe de la Secretaría de Salud, en Tamaulipas hay 3,730 casos activos de Covid-19, una cifra muy por arriba de cuando se permitió el regreso de actividades no esenciales.

Este lunes las autoridades de Salud se volverán a reunir para preguntarse ¿Y ahora con qué salimos? Y sobre la mesa deberá de medirse la irritación social, las nuevas protestas y las críticas del sector económico que mira cómo esta pandemia les ha arruinado su patrimonio y las posibilidades de reiniciar de nueva cuenta con sus actividades.

Lo que se determine deberá de sopesarse y poner en una balanza para determinar los costos, tanto de salubridad como de políticos.