Monterrey, NL., (Agencia Informativa de México).- En México, el consumo per cápita de carne de res, cerdo y ave es de 65 kilogramos anuales por persona, cifra inferior a la de los países desarrollados, que asciende a más de 100 kilogramos, reveló la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader).

Para incrementar el consumo de dichos productos y fortalecer la ganadería nacional, la dependencia federal y la industria cárnica acordaron acciones conjuntas para impulsar la ingesta de proteína animal de producción nacional.

Destacó que “actualmente en México el consumo per cápita de estos productos es de 65 kilogramos anuales por persona, cifra inferior a la de los países desarrollados, que asciende a más de 100 kilogramos”.

Varias industrias cárnicas por primera vez se agruparon en un frente común, denominado México Unido Proteína Animal (MUPA), el cual tiene como fin posicionar a esta cadena como un eje relevante de la economía nacional.

Esto permitirá hacer un frente común en la etapa pospandemia, en la cual la cadena agroalimentaria enfrentará nuevos retos, aseguró la Sader.

La problemática sanitaria, dijo, ha impactado como sociedad y ha traído consigo una afectación económica, para el cual cada país ha asumido distintas medidas con el fin de sortearlo.

Aseguró que en el caso de México, con resultados positivos, se ha priorizado el abasto de alimentos.

La unión de esfuerzos es un paso inteligente, ya que permitirá a autoridades e industria ser más asertivos en la toma de decisiones en beneficio de la población mexicana, expresó.

Además, indicó, la promoción del consumo de proteína animal permitirá reactivar diferentes giros comerciales en el mercado interno y al mismo tiempo fortalecer la reputación internacional de México como proveedor de cárnicos de máxima calidad.

También informó que el Gobierno de México continuará con la apertura de nuevos mercados de exportación, derivado de las oportunidades que se presentan en distintas regiones del mundo por la problemática en la generación de alimentos.

Aseguró que el trabajo conjunto con la industria permite avanzar en esquemas transversales que hacen más eficiente su labor y, de esta manera, ser un instrumento más útil para toda la cadena de producción de alimentos.