Un hartazgo palpable
Como una costumbre de años que tengo aparte de escribir, es dedicar al menos una hora diaria a leer, noticias, artículos, columnas de opinión, libros, escritos, etc. Me mantiene informado y a sus ves procuro el hábito de leer, analizar y procesar la información para mantener activa mi mente por esa vía. Claro que con el tiempo y por el conocimiento empírico adquirido, uno sabe ya distinguir a los medios, personas o información que es tendenciosa, muchas veces sin sustento o con intención de claramente favorecer o desprestigiar. Sabemos que mucha información trae un trasfondo, ya sea de interés y/o visión personal o la de retribuir a una remuneración económica. En mi caso agradezco humilde y sinceramente a los medios que me publican y especialmente a Hoy Tamaulipas, por darme la oportunidad de plasmar y difundir mis puntos de vista acerca de temáticas que conciernen a la sociedad en la que vivimos. De la cual por cierto no recibo ninguna remuneración monetaria pero tampoco alguna indicación sobre lo que escribo, siendo el respeto a la libertad de expresión lo que prevalece y genuinamente se agradece.
Las circunstancias actuales llámese controversia política, el actuar de las autoridades, la pandemia, el factor climatológico, etc., han generado un resentimiento social muy marcado por las consecuencias que se han derivado de todo lo anterior. Independientemente del orden de los factores o de a quienes se les pueda hacer responsables, la verdad es que es algo por demás palpable. Los compañeros columnistas no siempre concordamos en los temas que abordamos o son tan variados los temas que la afinidad de opiniones no siempre se presenta, pero en fechas recientes la inmensa mayoría escribió algo que denota tal sentir social. Cada quien a su manera y cada cual con su tema, pero si se ha hecho hincapié en que el ciudadano está alterado, molesto y muchos de ellos frustrados.
En esto culpables hemos sido todos como sociedad de una u otra manera, nuestra permisividad y falta de involucramiento o activación social ha permitido que las cosas estén en este punto. Hoy leí la columna de Ana Luisa García, quien expone puntos muy interesantes, pero sobre todo habla sobre lo que se ha perdido, así como de la degradación de la política y/o políticos. Pero habrá que recordar que fueron los mismos medios que por muchos años los hicieron creerse semidioses y que alimentaban así una soberbia y ego desmedido, que los hacía sentirse a ellos (políticos) como salvadores del pueblo, indispensables, y en su cabeza casi inigualables.
Y sí en efecto, muchos resultaron inigualables, pero en su descaro, en su falta de valores y ética, en su hambre por el poder y por lo material. Se rescatan los que con decencia bien hicieron y trabajaron, pero el sistema fue y todavía es cooptado por intereses o grupos y no tanto por un sentido de méritos, aptitudes, experiencia, pero sobre todo calidad humana y valores. Que quede muy claro que el presente planteamiento no va dedicado a nadie en particular sino a las formas en general de cómo se manejan los asuntos políticos; en todos los colores hay buenos actores y en todos los colores sin duda hay sinsabores.
¡Zapatero a tu zapato!, si tiene el perfil, experiencia, aptitudes, vocación y ganas de servir genuinamente al pueblo, apoyen con todo, pero si quieren seguir permitiendo que sigan dando atole con el dedo presentando personajes que saben no están a la altura de las circunstancias y la gente aplaudiendo, pues…
El panorama es muy duro y más allá de pasarnos todo el tiempo inmersos en actitud de confrontación, debemos propiciar soluciones, exigir resultados, pero sobre todo ser partícipes de un verdadero cambio cualitativo. Debemos dejar a un lado todo aquello que nos confronta y anteponer los intereses colectivos sobre los personales. Los países que sufrieron una devastación por las guerras mundiales se sobrepusieron ante la adversidad uniéndose la sociedad y los gobiernos trabajando arduamente sin distingos, contemplando que tendrían un futuro sombrío de no llegar a amalgamar los esfuerzos. Ahora muchos de ellos son países de “primer mundo” y hasta potencias económicas mundiales.
En ese contexto pondré dos frases de Sir Winston Churchill:
"La política es casi tan emocionante como la guerra y no menos peligrosa. En la guerra nos pueden matar una vez; en política, muchas veces".
Y por otro lado:
"Un optimista ve una oportunidad en toda calamidad, un pesimista ve una calamidad en toda oportunidad".
Entonces tendríamos que preguntarnos, ¿Cómo queremos hacer las cosas y que rumbo queremos tomar? Hay que exigir e inteligentemente decidir, hay que reprochar pero sin dejar de participar, hay que acordarnos que todos somos pasajeros en esta vida y que tenemos una responsabilidad no solo con el presente sino con las futuras generaciones. Como mexicanos somos muy chingones cuando nos lo proponemos y como Tamaulipecos ni se diga, es la hora de actuar hermanos, es tiempo de activarse y de la mano luchar. No excusas, no mañana lo hago, hoy y simplemente hoy, cada quien, desde su trinchera, cada quien, con sus habilidades y capacidades, no es tiempo de ver quién es más pendejo que quien, es tiempo de valorar la aportación de todos y cada uno que esté dispuesto a participar en un verdadero progreso para todos. Las administraciones apoyan trabajando duro como también pueden detener una inercia positiva, eso es un hecho que por lo pronto así seguirá, el tiempo pone todo en su lugar pero el hecho es que el tiempo está encima. La reactivación económica es crucial, el cuidar que la pandemia no siga propagándose también, los servicios públicos y todos los demás temas que puedan aquejarnos hay que enfrentarlos siendo propositivos, analíticos y con gran sentido humanista y emprendedor.
Terminaré con un fragmento de un escrito de Mario Benedetti (La gente que me gusta):
“Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace. La gente que cultiva sus sueños hasta que esos sueños se apoderan de su propia realidad. Me gusta la gente con capacidad para asumir las consecuencias de sus acciones, la gente que arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño...”
Ecuánime en la crítica…
“It´s time to put my money where my mouth is”
Así es y así será…
Jorge Alonso Infante Alarcón
Carrera Licenciado en Relaciones Internacionales.
Maestría en Administración Pública en la U.A.M. Francisco Hernández García (U.A.T.)
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