Sucedió lo que no se quería y ni llorar es bueno…
Pues sucedió lo que se temía, se retrocede en la nueva realidad, nuevamente se cerraran los establecimientos no esenciales debido al alto número de contagios de COVID-19 y las muertes que se han registrado a causa del virus.
Y todo porque nos relajamos, muchas personas creyeron que no temerle a la amenaza de contagio era bueno, quizá por ignorancia o rebeldía, el caso es que no acataron las recomendaciones de salud, abandonaron el confinamiento sin medidas y sin cuidar de la sana distancia y ahora padecemos los resultados de ello.
Ahora por culpa de unos la pagaremos todos, pero no podemos llorar como niños lo que no supimos o quisimos atender como adultos, la irresponsabilidad cobra caro y habrá consecuencias, lamentablemente con el incremento en contagios y cierre de establecimientos que apenas comenzaban a estabilizarse la recuperación social, en salud y la económica, tardara más.
Como dijera DON APOLINAR, muchas personas salieron como burros sin mecate apenas les bajaron la tranca, abrieron establecimientos y la gente abarrotó las calles sin cuidar la sana distancia, sin cubrebocas. No entendieron que sin protección se arriesgaban a un contagio y después ya nada será igual.
No hacemos caso de las recomendaciones y nos sentimos libres de hacer lo que nos de nuestra voluntad, sin cuidar de nuestra salud y de quienes nos rodean, ahora se puede venir un problema mayor, nuevamente cerrarán establecimientos y las medidas serán más severas para proteger a todos.
Lo peor es que muchos solo salieron a las calles por gusto, sin tener nada urgente que hacer, incluso andaban familias completas con niños pequeños sin ninguna protección poniendo en riesgo la salud de todos.
Cierto es que quizá el confinamiento está desesperando y mucha gente quería sentirse libre en las calles pero no midieron las consecuencias y ahí el resultado, aumentaron estrepitosamente el número de contagios y esa es la razón por la que ahora se retrocede en la nueva realidad para tratar de contener la pandemia, que los centros hospitalarios no colapsen y personal de salud que está en la primer línea no sufra por la irresponsabilidad de quienes nos desordenamos.
Pocos entendieron que se comenzaba a reactivar la economía con la reapertura de algunos establecimientos pero eso no significaba que terminaba la contingencia de salud sino que teníamos que protegernos, cuidar distancias por lo menos, la mayoría de las personas no lo entendieron así.
Ya hemos visto que los periodos de cuarentena se han prolongado debido al número de contagios, para ayer al medio día ya se contabilizan 6,175 casos positivos confirmados, 1878 en investigación y 411 defunciones en nuestro Estado, el COVID sigue galopante, la curva no baja, bueno, ni siquiera se detiene su acenso.
La situación con el COVID-19 es alarmante, tendremos que aplicarnos y atender las recomendaciones de quedarnos en casa si no tenemos nada urgente que hacer en la calle y si salimos hacerlo con todas las medidas, utilizar cubrebocas, cuidar la sana distancia y sanitizarnos al llegar al hogar.
Urge que todos nos apliquemos si es que queremos regresar a nuestra vida habitual, convivir con la familia y no dejar pasar las fechas importantes sin celebrar, porque si continuamos haciendo caso omiso de las recomendaciones o pensando que no pasara nada el COVID puede invadirlo todo y los daños, en todos los sentidos, serán irreversibles.
Ya sucedió lo que no se quería, se prolongara la cuarentena y se retrocede en la nueva realidad. Apliquémonos para contener esta maldita pandemia porque luego ya ni llorar es bueno.
Rosa Elena González
Es Licenciada en Relaciones Públicas. Ha colaborado con editoriales en El Mercurio.
Actualmente su columna Vida Diaria se publica en el Portal HOYTamaulipas y los periódicos La Verdad de Tamaulipas, Expreso, La Extra, La Voz de Tula, El Tiempo de Mante y Astronoticias, El Bravo de Matamoros y Canal 10
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