Los falsos profetas
Si buscamos en Wikipedia la definición de lo que es un falso profeta, este nos dice que es aquel individuo que ilegítimamente finge cualidades de profecía o se proclama poseedor o receptor de determinados dones divinos, sin realmente poseerlos. Se usa de modo especial en la religión judeocristiana para referirse a impostores que ejercen un ministerio religioso que está contaminado por la falsedad y malicia de la apostasía y la hipocresía. Sabemos muy bien que cuando nosotros en la actualidad usamos tal frase es porque nos estamos refiriendo a personas que catalogamos como mentirosa, fraudulenta, gente que engatusa y engaña, en otras palabras, vendedores de ilusiones.
Primera y tristemente para la causa de la nación, son los políticos los que primero se vienen a la mente, claro nunca generalizando, pero hay que decir que en nuestro país ellos han convertido aquello de “vender espejitos” en todo un arte. En todos los ámbitos encontramos personajes que podemos catalogar como vivales, aunque habrá que admitir que muchos de ellos tienen un talento peculiar o habilidades adquiridas con la práctica las cuales utilizan para su beneficio, engañando no solo a los incautos o no preparados, sino logran convencer hasta a masas. Se dicen preparados, con gran visión, poseedores de proyectos innovadores que solucionaran hasta los problemas más fuertes.
Antes de la era de la comunicación mundial a través de los llamados medios electrónicos, era más proclive que florecieran o se salieran con la suya a mayor escala. Ahora con la comunicación social de forma inmediata cada vez se pone más difícil el poder permear más fuertemente en una sociedad interconectada, pero la verdad es que nunca faltará la víctima que caiga en sus redes. Siempre habrá carnita fresca para estas perversas hienas mientras el sistema se maneje más por intereses y cúpulas de poder en lugar de la existencia de un esquema basado en méritos y una real preparación.
No es casualidad el por qué unos países, empresas, estados, municipios, etc., estén más avanzados que otros; la corrupción, falacia y falsos profetas los encuentra uno en todo el mundo, solo que aquellos que verdaderamente buscaron el genuino progreso decidieron cerrarle más las puertas. No se quejen el por qué estamos tan mal, si seguimos siendo tan despistados por no decir pendejos, como para dejar que nos sigan viendo las caras…
Reflexión y compromiso
Valdría la pena recordar un fragmento de Mateo 7:15-23:
Para la siguiente colaboración prometo cumplir la promesa de escribir mi opinión sobre el papel y/o rol que juega el periodismo o seudo-periodismo en nuestra actualidad. No se me olvidará mi estimado lector, pero sobre todo amigo Manuel.
Jorge Alonso Infante Alarcón
Carrera Licenciado en Relaciones Internacionales.
Maestría en Administración Pública en la U.A.M. Francisco Hernández García (U.A.T.)
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