Lo acontecido recientemente con todo el caso del virus infeccioso COVID-19, me hizo recordar muchas pláticas, casos vistos y lecciones aprendidas con mi padre en materia de sanidad animal y humana. Mi padre fue egresado de Facultad de Medicina Veterinaria de la UAT pero estudió y culminó dos maestrías y un Doctorado (PHD) en la Universidad de California. Ya en el campo laboral llegó a ser miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SIN) experto en temáticas de medicina preventiva, inmunología, epidemiología, etc., siendo conferencista de talla internacional. Lo anterior lo aclaro para generar un sustento ante su postura crítica del sistema sanitario en México, así como también sobre la corrupción sistémica.

Siempre decía que existían excelentes profesionales especializados pero que muchos (hasta la fecha pasa) preferían irse a otros países debido a la falta de oportunidades, pero sobre todo a lo manipulado y politizado que estaba el sistema. Le dolía mucho que en áreas prioritarias que requerían un perfil técnico- académico especializado, pusieran a gente sin experiencia y peor aún, sin el perfil mínimo. Y en otros casos donde si al menos procuraban hacerlo no estaban exentos de una corrupción y manipulación política, como él sector salud, agropecuario, CONACYT, INIFAP, etc. él siempre comentaba:

“Hijo mío por eso estamos como estamos, nuestro país nunca avanzará realmente si dejamos que los gobernantes corruptos lo manejen a su antojo. México es un país bendecido con recursos naturales, pero viviendo una realidad de un estado tercermundista por tanta infamia por parte de gente sin escrúpulos que solo ven a nuestro país como una minita de Oro que han explotado y sobre explotado y aún no se la acaban. Imagínate Jorgito, si aunque fuera la mitad de lo que se han robado y roban lo invirtieran cualitativamente para el beneficio de la nación y sus ciudadanos, fuera otra nuestra realidad. Pero no pasa así, la ambición de los deleznables es mucha, convirtiendo a la corrupción en la verdadera pus del sistema y miles de personas de todas esferas sociales y estirpes están inmersa en ella.”

Traidores a la patria los llamaba mi padre cuando con enorme coraje presenciaba una descomunal corrupción en los diferentes ámbitos gubernamentales.

Abogaba siempre él por generar e implementar una cultura preventiva en el sector salud y agropecuario, peleaba por qué no se politizarán las áreas técnicas de las respectivas secretarías y/o unidades administrativas que requerían por la naturaleza de sus funciones a gente especializada. Como Doctor en Veterinaria fue asesor varios años del Hospital General ya que en diversos casos no existían personas con especialización necesaria y/o suficiente para atender ciertos padecimientos. Siempre decía que pandemias ocurrirían y que por eso era necesario invertir tiempo, esfuerzo y recursos para prevenir y no (como hasta la fecha sigue pasando) atender y organizarse ya cuando el mal estuviera encima.

Hoy precisamente hice remembranza de un caso en específico que siempre le afectó. En la época cuando Manuel Cavazos Lerma fue gobernador, mi padre fue Director de Ganadería del estado. Durante su periodo el estado estuvo libre de muchas enfermedades y padecimientos en el sector agropecuario, para lo cual él siempre decía que no era fruto de la casualidad sino de años de estudio e investigación. El caso es que un importante ganadero un día llegó a su oficina y quiso sobornarlo con al menos 1 o 2 millones de dólares, por hacerse de la vista gorda y dejar entrar (a Tamaulipas) para comercializar cientos de cabezas de ganado de las cuales muchas de ellas estaban infectadas o no cumplían con los requerimientos fitozoosanitarios. La cuestión es que él se peleó con el ganadero y lo corrió de su oficina, mientras el personaje lo amenazaba y le decía que eso como quiera iba a suceder, que por pendejo había dejado pasar una gran oportunidad.

Y muy a pesar de intentos insistentes por parar tal transacción, el ganadero se salió con la suya, entrando el ganado infectado que inclusive algunos fueron a dar al programa “Ganado Mejor” que precisamente era para la mejoría genética y de raza bovina para la gente del campo en su mayoría. ¿Preguntaran cómo fue se termino de dar esto? Pues el secretario y subsecretario en turno promovieron tal caso con el hombre a mando en el estado y este después de reunirse con el ganadero accedió, extendiendo su sombrero y llevándose unos cuantos milloncitos de los verdes en detrimento de los Tamaulipecos y en especial de la gente humilde la cual curiosamente él había jurado nunca traicionar.  Y si no me creen, investiguen en el internet el caso de Omar Duran Perales para que vean como se manejaban las cosas en aquellos años…

Jorge Alonso Infante Alarcón  

Carrera Licenciado en Relaciones Internacionales.

Maestría en Administración Pública en la U.A.M. Francisco Hernández García (U.A.T.)