PDF a nueva imprenta
El día de ayer, por la mañana, entregué el PDF a la ‘nueva imprenta’ con las debidas correcciones de mi libro el cual tendré la dicha de tenerlo en la mano para este fin de semana. Cuando digo ‘nueva imprenta’, me refiero a la imprenta donde a partir del día de ayer voy a estar imprimiendo mis nuevos libros, pues al parecer la otra imprenta va a cambiar de giro.
Esta experiencia me deja una enseñanza, porque para cuando me dieron la noticia sobre el cambio de giro, yo ya estaba preparado para aceptarlo, sin que ello representara una ‘amarga’ sorpresa.
Por otro lado, la diseñadora también me avisó con mucha anticipación que la empresa donde se encontraba laborando se iba a la quiebra, por lo que tendría que ocuparse de conseguir trabajo en otra empresa, y que, tal vez, le asignaran tiempo completo, lo que se podía interpretar como un “¡Adiós, diseños de libros!”.
Sobre todo, porque la diseñadora en sus ratos extras tenía la posibilidad de hacer trabajos de diseños sin que tales actividades le afectaran en su trabajo.
Ante esas dos noticias traté de tranquilizarme. Ya con más calma reflexioné en lo siguiente: “Bueno, pudo haber quebrado la imprenta: pero no fui yo el que quebré; pudo haber quebrado la diseñadora: pero no fui yo el que quebré”.
Luego llegué a una conclusión: todo indica que tengo que aprender a realizar el trabajo de diseño; por otro lado, no es la única imprenta que imprime libros. Mi trabajo editorial tiene que seguir adelante; no soy yo el que en este preciso momento deba pensar en quebrar.
Tocando puertas di con un señor delgado, de mediana estatura; en su cabello se podían notar algunas canas.
Le pregunté si dentro de los trabajos de impresión que realiza su empresa se cuenta con la impresión de libros. El señor me respondió con un: “Por supuesto”.
Precisamente el día de ayer le dejé el PDF del libro: “10 AÑOS DE ESCRIBIR COLUMNAS”. El señor me preguntó: “¿Quieres que le haga alguna modificación en este momento?” –El señor se encontraba frente a la computadora y yo detrás de él.
Enseguida le respondí: “No, gracias. Lo único que si me gustaría es que me dijera si tiene un papel más grueso que el que tiene la muestra”. Le pasé mi libro muestra para que viera el grosor del papel de la portada. Volví a preguntarle: “¿Tendrá un papel más grueso que este de 250g?”. El señor me contestó: “Tengo uno de 300g”. Concluí: “Ese me parece perfecto”.
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Ricardo Hernández Hernández
Poeta y columnista
Colaborador del portal:” Hoy Tamaulipas” hasta la fecha.
Actualmente estoy cursando un “Diplomado en Creación literaria” en la Biblioteca del Centro Cultural Tamaulipas, con el maestro José Luis Velarde.
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