Matamoros, Tamaulipas. - Un adolescente contó con tristeza como los directivos del Cobat 02 de Matamoros, donde estudia, le prohibieron vender boneless en el plantel escolar, a pesar de que con las ganancias no solo ayuda a su mamá que está enferma, sino que realiza donaciones.

Se trata de Isael Hernández, de 17 años de edad, quien cursa el sexto semestre del Cobat 02, plantel ubicado en la Avenida Camino Real de esta ciudad fronteriza.

En entrevista vía telefónica, el joven expresó que mientras estudiaba decidió trabajar en un restaurante para ayudar a su mamá que está enferma y para pagar los gastos de sus estudios, sin embargo, dejó el empleo por la forma que lo trataban ya que a veces le descontaban su sueldo.

Señaló que en el lugar donde laboró aprendió, con solo estar viendo, a cocinar los boneless y decidió emprender su proyecto de venta de ese producto, siendo sus compañeros de clases sus primeros clientes y después alumnos del resto del plantel.

“Cuando inicie los maestros me dijeron que sí podía vender, pero con la condición que les llevara a ellos, me dijeron en tono de broma”, manifestó.

Su logro por la venta del producto llegó a oídos de la cafetería del plantel y en reiteradas ocasiones se quejaron del joven con los directivos del Cobat, quienes le pusieron obstáculos para que ya no vendiera, pero aun así el joven metía el producto a su mochila para seguir vendiendo.

También con la ayuda de sus amigos introducía la comida guardada en papel aluminio y bolsas de cartón, hasta que nuevamente le dijeron que ya no lo hiciera.

“Llevaba los pedidos en platos de unicel y me dijeron que eso era insalubre, que ya no lo hiciera, después lleve el producto envuelto el papel aluminio y bolsas de cartón, pero al descubrirme me volvieron a llamar la atención, hasta que ya decide dejar de vender en la escuela para que no me afectaran mi negocio”, contó el alumno.

Isael expresó que con las ganancias puso un pequeño local en la Avenida Benito Juárez número 151 de la colonia El Saucito, que lleva por nombre Isa’s Wings donde vende el producto, ahora no solo busca posesionar sus boneless entre sus compañeros del plantel donde estudia, sino también entre los matamorenses.

El adolescente comentó que también vendía sus platillos a alumnos y maestros del Centro de Bachillerato Tecnológico Industrial y de Servicios 135, pero era mucho cansancio y para no interrumpir sus estudios y atender como se debe en su local decidió dejar de vender en el CBTis.

Mencionó que además de ayudar a su mamá en los gastos del hogar, a quien le prometió no dejarla trabajar por la enfermedad que padece, también ha donado sus ganancias a un Asilo de Ancianos y apoyó a un alumno del Cobat en los gastos de una operación que necesitaba.
Hernández Reséndiz decidió hacer pública la historia a través de su cuenta de Facebook, porque ahora en la cafetería donde estudia ya venden los boneless que por mucho tiempo él vendió con éxito en el plantel.