Hace aproximadamente diez años comencé a escribir de manera constante, tal vez a nadie cause sorpresa tal hecho, tampoco es mi intención que esa sea la perspectiva. Más bien quiero contarles parte de las experiencias por las que he tenido que pasar a lo largo de este aprendizaje.

Si escribir no es nada fácil, ponerse al corriente con la tecnología digital, tampoco lo es. Porque después de haber salido de la universidad, por muchos años nunca más volví a estar frente a una computadora de escritorio, menos de una Laptop. Prácticamente me había quedado atrapado en el tiempo.

Cuando decidí retomar aquel gustó que nació en mi época de estudiante, sencillamente me vi obligado a comenzar de cero. Me había quedado con la idea de que, de comenzar a escribir para un periódico, entregaría a la editora una o dos hojas tamaño carta (una o dos cuartillas) para que al día siguiente me fuera publicado el escrito.

Por otro lado, creí ingenuamente que ya sabía escribir como un profesional, algo tonto, por cierto. ¿Enviar por correo electrónico la información? ¿Qué es eso? ¿Cómo le debo hacer?

Aunque parezca increíble, era verdad.

No tenía la más mínima idea del uso del correo electrónico. De tal manera que empecé por apoyarme con mis camaradas. Esa experiencia tan sólo fue el principio de un recorrido interesante, a la vez estresante. Como dije líneas arriba, por muchos años no había vuelto a estar frente a una computadora, y cuando volví a hacerlo, no sabía que era justificar un texto.

COMENCÉ.

Poco a poco me fui enseñando a navegar por Internet, a enviar mis colaboraciones periodísticas por correo electrónico, sólo me hacían falta infinidad de cosas por aprender, entre las cuales estaban: aprender a escribir correctamente; uso de las redes sociales. Sobre todo, porque los primeros escritos que envié iban con párrafos desordenados, con ideas vagas, etcétera. Ahora, si quería estar al corriente con los conocimientos básicos de la era digital, había que aprender a gran velocidad.

Por cierto, no contaba con Facebook, mucho menos con otras redes sociales. Una vez que tuve FB tenía que aprender a usar tanto el perfil, así como enseñarme a crear una página de publicidad, sencillamente para dar a conocer mi trabajo.

Hoy he enfrentado un reto, para mí el más grande de todo lo que hasta ahora había hecho: escribir, maquetar y diseñar mis propios libros.

Me volví loco por varios días. Aprender no fue nada fácil.

Hoy me siento contento porque comienzo a dar a conocer mi propia editorial: morisa. Será un proceso de mucho trabajo. La línea que pienso manejar será la difusión de la escritura y la motivación. Por lo pronto continúo trabajando en este proyecto editorial el cual ya está a un pie de entrar a la imprenta.

¡Hasta pronto!

Ricardo Hernández Hernández
Poeta y columnista

Colaborador del portal:” Hoy Tamaulipas” hasta la fecha.
Actualmente estoy cursando un “Diplomado en Creación literaria” en la Biblioteca del Centro Cultural Tamaulipas, con el maestro José Luis Velarde.