¡Tengo frío!
Casi las dos de la mañana, tan sólo faltan nueve minutos. En lo que sigo pensando se me ocurre preguntar ¿qué tanto tiempo podrá pasar para antes de que se me acabe el interés por leer unas cuantas páginas esta noche? ¿Debería hacerlo de prisa? ¡Tengo frío! Todavía no he decidido nada.
Si algo me gusta de este clima es precisamente ese ‘frío’ que me hace pensar. Como todas las noches, esta no fue la excepción. Mi cuerpo convertido en un reloj biológico se ha despertado exactamente a las 12 de la noche, hora en que comienza a escucharse el silbato del velador.
Es una noche calmada, de esas noches que te dan ganas de pensar o leer, pero no de escribir, sobre todo porque al momento de estar escribiendo no falta que nos tiemblen las piernas, o que la espalda se comience a enfriar; cualquier otra cosa sería bueno, menos escribir.
Prefiero una taza de café, ¡sí!, ¡una idea genial! Una taza de café para animarme a leer, o ¿por qué no mejor decido ponerme a escribir?
Por cierto, hay mucho que leer, sobre todo de ‘sintaxis’. Hace tiempo, en una reunión de café con el padre Carlos, él me explicó en sus propias palabras lo que entendía por ‘sintaxis’, y lo poco que le entendí fue algo relacionado a la coherencia que debe existir en la frase; la concordancia entre el género y número.
En estos días en que he estado escudriñando las páginas de unos libros, entre ellos el de ‘Sintaxis lengua española. Manuales prácticos VOX’, es como estoy comprendiendo más sobre el tema. Leí, por ejemplo, que la sintaxis se encarga de estudiar y analizar cómo se combinan las palabras.
En el pizarrón que tengo en mi cuarto, durante la tarde de ayer escribí los siguientes apuntes: ‘La sintaxis…la estructura que sostiene el edificio de la lengua’.
Ese breve texto me hizo pensar por un buen rato, sobre todo porque las palabras clave ‘estructura’, ‘sostiene’, ‘edificio’ y ‘lengua’, fue como para reflexionar en ‘lo que sostiene el edificio de la lengua’. Estas palabras las relacioné con la construcción de un edificio de material. Pero más allá de ver la apariencia física de la edificación, imagino la estructura o el soporte que lo sostiene.
Empecé por hacer juego de palabras.
La estructura que sostiene el edificio de la lengua. Después escribí: La estructura que sostiene el edificio de la lengua: sintaxis. Ordené la frase de esta otra manera: Sintaxis: la estructura que sostiene el edificio de la lengua.
Me divertí por un buen rato escribiendo en el pizarrón.
¿Saben una cosa? Comienzo a sentir el frío en mi espalda. ¡Nos vemos pronto!
Ricardo Hernández Hernández
Poeta y columnista
Colaborador del portal:” Hoy Tamaulipas” hasta la fecha.
Actualmente estoy cursando un “Diplomado en Creación literaria” en la Biblioteca del Centro Cultural Tamaulipas, con el maestro José Luis Velarde.
Para que HOYTamaulipas siga ofreciendo información gratuita, te necesitamos. Te elegimos a TI. Contribuye con nosotros. DA CLIC AQUÍ