Una familia que escribió muchas cartas
¡Hola amigos! Muy buenos días.
A finales de los años 80 y principios de los 90 mis hermanos mayores junto con mi madre acostumbraban a escribirse cartas, aunque yo no lo hacía debido a que era todavía un niño, en cambio sí tenía la oportunidad de leer una que otra porque ellos me las prestaban. Ahora puedo dar una opinión sobre cómo se expresaba cada uno de ellos. Por ejemplo, mi mamá escribía con el corazón, siempre usó palabras como: “mi niño”, “mi niña”, “mi querido hijo”, “siempre estoy rezando por ti”.
Mi hermano Mario fue muy descriptivo: “Me encuentro descansando carnal, por eso te escribo ahorita que puedo hacerlo. Que diera yo por estar cerca de mi madre como tú. Hace unos días, ¿sabes? Cruzamos un río, con decirte que el agua me llegaba hasta el pecho, pero afortunadamente pasé sin mayores problemas. Una vez que salimos todos empapados tuvimos que atravesar un monte, aunque en realidad se parecía más a una selva. ¿Sabes una cosa carnal?, el trabajo me hace valorar la vida… Cuídate mucho y de paso te encargo que veas por mi jefa.”
Mi hermana Martha se expresó más formal, procuró que cada letra estuviera escrita de forma redonda y que los trazos fueran casi perfectos. Sus palabras fueron: “Que Dios te cuide”, “estaré al pendiente de tu llegada”, “cuídate mucho donde quiera que andes”.
No recuerdo exactamente cuáles fueron las expresiones que usó Marichelo, aunque al igual que mis hermanos y mi madre, Marichelo nunca dejó de escribir, o quizá si no logro recordar nada de su correspondencia epistolar sería porque fue muy cuidadosa con sus cartas, puede ser eso.
Una vez que nos llegó los avances de la ciencia y tecnología toda esa correspondencia desapareció para siempre. Parece hecho apropósito que yo asumiera el lugar de todos ellos, pues comencé a escribir -no precisamente para mi familia- sino para comunicarme con el mundo como lo hago ahora.
En este momento en que redacto estas líneas se me vienen a la mente imágenes de mis hermanos junto con la de mi madre, los veo escribiendo sus cartas. A mis hermanas y a mi madre las imagino – a cada una por separado- redactando sobre la mesa del comedor; en cambio a mi hermano lo imagino escribiendo en un cuaderno a rayas, sentado a la orilla de su cama.
Fue una etapa muy bonita la que vivieron todos ellos, porque había una comunicación sana, divertida, emocionante. Todos ellos escribieron como si fueran artesanos; lo hicieron con mucho amor, con pasión, con tanto esmero. Hoy tengo la responsabilidad de escribir, sobre todo, para que sepan ellos que las letras no han muerto. ¡Hasta pronto!
Ricardo Hernández Hernández
Poeta y columnista
Colaborador del portal:” Hoy Tamaulipas” hasta la fecha.
Actualmente estoy cursando un “Diplomado en Creación literaria” en la Biblioteca del Centro Cultural Tamaulipas, con el maestro José Luis Velarde.
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