Matamoros, Tamaulipas. - A un nuevo frente frío se enfrentan los migrantes en su osadía por llegar a los Estados Unidos, pero esta vez el viento y la lluvia han provocado que más de uno tiemble mientras se encuentra en el exterior de sus casas de campaña, ya sea para ir al baño o recibir comida.

Los niños siguen siendo el grupo más vulnerable, algunos con chanclas salen de sus “cuartos” para ir por comida, y en el rostro se les refleja como el aire gélido los corta y los devuelve rápidamente a las cobijas.

Los que se ubican en la zona del bordo del río Bravo, están entre el lodo y los que salen para buscar alimentos se colocan bolsas en los pies para no dañar su calzado, aunque otros salen sin ningún tipo de protección.

Adentro de las casas de campaña se escuchan niños llorando y un sinfín de murmullos de las personas que están en el sitio, y que rechazaron trasladarse al albergue que habilitó el gobierno de Matamoros.

El campamento, a diferencia de otros días, luce solo, la mayoría están resguardados bajo las lonas y nadie quiere salir más que por alimento, el resto sigue envuelto en sábanas.

BSJA