¡Hola amigos! ¿Qué tal de frío? Cuídense mucho, sobre todo protejan a los niños. Entrando en materia. Hoy quiero comentarles amigos que hace unos días mientras le leía en voz alta al padre Carlos Trueba mi artículo periodístico, él mi hizo una observación: “¡Detente!”, me indicó; enseguida me hizo una pregunta: “¿escribiste la palabra TIPS?”, “Sí”, respondí. Entonces me sugirió: “¿puedes deletrear la palabra?”. “Claro que sí”, exclamé, y comencé a deletrear la palabra: “T-I-P-S”. “Bueno” – contestó el padre un poco pensativo; luego agregó-: “como es una palabra extranjera trata de buscar una palabra que tenga el mismo significado, pero en español”.

Enseguida usé el celular para buscar la palabra “TIPS”, el buscador me arrojó las palabras: CONSEJO O SUGERENCIA.

El padre me aconsejó: “Usa cualquiera de esas dos, o las dos si es necesario”.

Después de haber leído mi texto, enseguida leímos otro artículo periodístico donde, por cierto, el autor había escrito la palabra “restaurant”. Le comenté al padre que esa palabra estaba mal empleada, que debería escribirse: “restaurante”, en lugar de “restaurant”. “¿Ya la buscaste bien?”, inquirió él. “Estoy completamente seguro”, afirmé.

En ese momento no se me ocurrió usar el buscador, pero una vez llegando a casa, consulté el libro “Manual de estilo”, de PROCESO. En el capítulo XI Diccionario de dudas, en la página 162, dice: “restaurante, no ´restaurant´ ni ´restorán´, será el nombre de este tipo de establecimiento”.

En el libro “Curso de redacción”, de Martín G. Vivaldi se aborda un tema muy importante en este aspecto: “EL IDIOMA Y LA RESPONSABILIDAD”, donde el autor explica que no se debe abrir la mano demasiado, porque la excesiva condescendencia puede traer consigo la desfiguración del idioma.

Amigos, no echemos en saco roto los consejos que nos dan algunos autores expertos en los temas relacionados con nuestro idioma, porque, aunque los tiempos de hoy exigen brevedad y rapidez, debemos tener mucho cuidado al interpretar estos conceptos, pues muchas veces por no detenernos a investigar los libros, llegamos a caer en el error de mal interpretar el significado de la o las palabras.

Por tanto, podemos pensar o suponer que una persona que es rápida para enviar información es una persona eficiente, pero ¿qué significa la palabra eficiente? ¿Qué podemos entender por una persona eficaz? ¿El que hace un trabajo rápido, pero mal hecho? ¿O una persona que hizo su trabajo de manera eficiente?

Para que puedas realizar tus trabajos de redacción más claros y precisos, puedes apoyarte del “Manual de estilo”, de PROCESO; en este libro puedes encontrar lo referente a las ocho cualidades del estilo: claridad, propiedad, precisión, brevedad, sencillez, vigor expresivo, armonía y abundancia.

¡Hasta pronto!

Ricardo Hernández Hernández
Poeta y columnista

Colaborador del portal:” Hoy Tamaulipas” hasta la fecha.
Actualmente estoy cursando un “Diplomado en Creación literaria” en la Biblioteca del Centro Cultural Tamaulipas, con el maestro José Luis Velarde.