Los cambios más radicales
Invitado por la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT), el presidente de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), José Luis Morán López, impartió una conferencia magistral ante cientos de profesores y estudiantes convocados por el Rector José Andrés Suárez Fernández en el Centro de Excelencia del campus Victoria. El destacado científico mexicano originario de San Luis Potosí, afirmó que los cambios más radicales se han presentado en el campo de la comunicación ya que en las recientes décadas millones de personas se han incorporado al uso de telefonía celular, ordenadores y otros dispositivos con lo cual se han aficionado a las redes sociales que han revolucionado la interacción humana.
Ante funcionarios universitarios, directores de unidades académicas y facultades, así como estudiantes de distintas disciplinas, afirmó que la Academia Mexicana de Ciencias es una asociación civil independiente y sin fines de lucro. La Academia agrupa a miembros de destacadas trayectorias y que laboran en diversas instituciones del país y del extranjero. Así, esta organización, enlaza a científicos de muy diversas áreas del conocimiento bajo el principio de que la ciencia, la tecnología y la educación son herramientas para construir una cultura que permita el desarrollo de las naciones, pero también el pensamiento independiente y crítico a partir del cual se define y defiende la soberanía de México.
La Academia tiene como objetivos: Promover el diálogo entre la comunidad científica nacional e internacional. Orientar al Estado Mexicano y a la sociedad civil en los ámbitos de la ciencia y la tecnología. La producción de conocimiento y su orientación hacia la solución de los problemas que atañen al país. Fomentar el desarrollo de la investigación científica en diferentes sectores de la población. Buscar el reconocimiento nacional e internacional de los científicos mexicanos. Contribuir a la construcción de una sociedad moderna, equitativa y justa. El 12 de agosto de 1959, tras el acto simbólico de firma del acta constitutiva con sus respectivos Estatutos, se crea la Academia de la Investigación Científica.
El objetivo de la Academia de ese entonces, fue reunir a investigadores activos de diversos campos del conocimiento para compartir sus proyectos de búsquedas, propiciar la discusión, la crítica y la reflexión conjunta. A partir de 1996, la Academia de la Investigación Científica se convirtió en la Academia Mexicana de Ciencias. No se trató sólo de una modificación nominal, significó, además, y muy especialmente, una serie de cambios profundos. Pasó de construir una sólida identidad entre los científicos mexicanos, a incrementar y desarrollar un conjunto de programas académicos de éxito e impacto en la comunidad científica y en la sociedad.
Así, de una instancia que buscaba agrupar a los investigadores realmente activos ante la gran dispersión en la que se encontraban, la Academia evolucionó en una de las instancias más importantes del país en la difusión, apoyo y promoción de las ciencias en sus diversas expresiones, ello a través de varios programas y premios. Algunos de los valores más destacados que la Academia Mexicana de Ciencias ha promovido y defendido a través de su historia son los siguientes: La ciencia es parte de la cultura y fortalece el pensamiento independiente y la soberanía nacional. La libertad de cátedra y de investigación son principios fundamentales del quehacer científico y tecnológico.
La producción de conocimiento es la riqueza más importante de un país. Este sólo se obtiene al impulsar la ciencia básica. Sólo así el conocimiento dará lugar a la solución de problemas nacionales, pero también de este nuevo mundo global. La misión de las ciencias básicas, es la de explorar las leyes de la naturaleza, hacer descubrimientos que creen nuevas teorías y provean los instrumentos teórico metodológicos que se requieren para comprender el mundo cambiante.
En relación con el punto anterior, se ha luchado porque se reconozca que la creatividad y la originalidad son habilidades mucho más indispensables para enfrentar los requerimientos sociales e incluso los mercados, que la capacitación y el adiestramiento en habilidades técnicas que muy pronto pierden utilidad al ser rebasadas por otras nuevas. La crítica y la evaluación permanente de los resultados de las actividades disciplinarias, son tareas centrales del quehacer científico y tecnológico y una de las funciones más destacadas de las ciencias.
En el año de 1994, la Academia Mexicana de Ciencias, la Academia Nacional de Medicina y la Academia de Ingeniería crearon la Fundación Nacional de Investigación AC. Las Academias se encontraban presididas en ese momento por los doctores Mauricio Fortes Besprosvani, Hugo Aréchiga Urtuzuástegui y Luis Esteva Maraboto, respectivamente. La Fundación Nacional de Investigación tiene por objeto: identificar áreas de oportunidad para el avance científico y tecnológico, así como la formulación de propuestas de proyectos, sugiriendo cauces o mecanismos para utilizar en forma óptima los recursos científicos nacionales, con el fin de acelerar el desarrollo económico y social del país.
A continuación, se reproduce parte de la trayectoria del doctor José Luis Morán López (1950): Nació en la ciudad de Charcas, en el estado de San Luis Potosí, México. En 1972 obtuvo el título de Físico otorgado por la Escuela de Física de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí; la maestría en Física Teórica en 1974 en el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional y el grado de Doctor Rerum Naturalium con la nota de Magna Cum Laude en 1977, por la Universidad Libre de Berlín.
Es Investigador Titular del Departamento de la División de Materiales Avanzados del Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica. A lo largo de su carrera científica, ha sido invitado como Profesor Visitante en varias universidades europeas y de América Latina; Universidad Libre de Berlín, en 1979, en 1983 en la Universidad Fluminense y en la Universidad de Río Grande do Sul en Brasil; en 1985 fue Profesor Visitante en el Centro Nuclear de Jülich, República Federal de Alemania, y en la Universidad Louis Pasteur de Estrasburgo, Francia.
Morán López ha publicado más de 215 artículos científicos en revistas y libros de circulación internacional, 40 artículos de divulgación científica y contribuciones en periódicos. Ha sido invitado a escribir dos capítulos en libros especializados. Es coeditor de nueve libros especializados, dos en la editorial Springer Verlag y siete en Plenum Press. Es coautor de un libro de divulgación científica y otro universitario, editados por el Fondo de Cultura Económica. El Doctor Morán ha dirigido dos tesis de licenciatura, ocho de maestría y siete de doctorado. De sus graduados, la mayoría de los doctores y maestros son miembros del SNI.
Ha sido conferencista invitado en múltiples reuniones sobre Física del Estado Sólido, en especial aquéllas sobre Superficies, Magnetismo, Transiciones de Fase en Sistemas de Dimensionalidad Restringida y Nanoestructuras, organizadas tanto en México como en el extranjero. Pertenece a las siguientes asociaciones: Academia Mexicana de Ciencias, American Physical Society, American Vacuum Society, Materials Research Society, European Physical Society, The World Academy of Sciences, Academia Mexicana de Materiales, Sociedad Potosina de Física y Colegio Universitario de Ciencias y Artes (SLP).
En 1984 recibió la beca de investigación “John Simon Guggenheim", otorgada en Nueva York. Fue Investigador Asociado del Centro Internacional de Física Teórica de Trieste y posteriormente fue Asociado Senior (1991). La Academia de la Investigación Científica (ahora Academia Mexicana de Ciencias) le otorgó el Premio de Investigación en Ciencias Exactas en 1985. En 1988, la Organización de Estados Americanos con sede en Washington, le otorgó el premio “Manuel Noriega Morales", en Ciencias Exactas. En 1990 recibió el Premio Internacional CV Raman del International Centre for Theoretical Physics.
En 1992 se le otorgó la beca de investigación “Alexander von Humboldt", en Alemania. En diciembre de 1995 la Sociedad Mexicana de Fíeica le otorgó la Medalla “Marcos Moshinsky”, por sus contribuciones a la física teórica. En 1996, el Gobierno de la República le otorgó el Premio Nacional de Ciencias y Artes en las áreas de Ciencias Físico-matemáticas y Naturales, máxima distinción a un científico en nuestro país. Desde ese año pertenece al Consejo Consultivo de Ciencias, órgano asesor de la Presidencia.
Ha llevado a cabo una gran labor a favor de la descentralización de las actividades de investigación. Desde su regreso del extranjero en 1980, mantuvo una colaboración muy estrecha con el Instituto de Física de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (IF-UASLP). A partir de ese momento apoyó la creación de un grupo de investigación en física, fuera del área metropolitana de la Ciudad de México. Con su incorporación al IF-UASLP, se fortaleció tal iniciativa y a lo largo de 15 años dicho Instituto fue consolidándose a tal grado de que, a la fecha, el IF-UASLP es uno de los institutos más importantes del país.
En este proceso también ayudó a crear una tradición y un ambiente científico en la UASLP. En 1996 gestionó ante el entonces Gobernador de San Luis Potosí, Horacio Sánchez Unzueta, la creación del Consejo Potosino de Ciencia y Tecnología, como una instancia estatal para la promoción de la ciencia y la tecnología, de la cual Morán López fue su primer director general. Desde esa oficina, promovió varias acciones, de las cuales la más importante fue la creación del Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica, inaugurado en noviembre de 2000.
Para realizar dicha iniciativa, gestionó y obtuvo el apoyo del Municipio de la Capital, del Gobierno del Estado y de la Federación. Bajo su dirección, el IPICYT en un corto tiempo se perfiló y continúa siendo una de las mejores instituciones mexicanas con reconocimiento internacional. Fue presidente del Comité Científico del Consejo Internacional de Ciencias (ICSU) durante el período 2012-2016, y actualmente es el presidente de la Academia Mexicana de Ciencias.
A propósito de tareas de la máxima casa de estudios de la entidad, el grupo de tercero de la licenciatura en Historia y Gestión del Patrimonio Cultural que se imparte en la UAM de Ciencias, Educación y Humanidades, ha organizado un viaje de estudios a Palmillas, Tula (Tamaulipas) y Ciudad del Maíz (San Luis Potosí) donde recibirán clase sobre patrimonio cultural, Historia del Arte y Sociología de la Interculturalidad. Viajarán acompañados por alumnos de las licenciaturas en Sociología y en Ciencias de la Educación. Estamos anotados para el periplo: la maestra Clara García Sáenz, el doctor Fernando Olvera Charles y un servidor.
Correo: amlogtz@gmail.com
Ambrocio López Gutiérrez
Periodista y Sociólogo.
Columnista en diversos medios electrónicos e impresos.
Redactor en el equipo de Prensa de la UAT.
Profesor de horario libre en la UAM de Ciencias, Educación y Humanidades.
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