Durante los últimos dos años he estado rodeado de personas que están haciendo hasta lo imposible por sobresalir ante la sociedad, lo cual me da muchísimo gusto. Para que el que está adentro, o sea, metido en su chamba, tal vez no se haya dado cuenta o no se ha puesto a pensar en cómo nos veríamos todos desde una perspectiva panorámica, desde el ángulo de un satélite: trabajando incansablemente como hormiguitas.

En cierta ocasión me detuve a pensar en ello, porque -por fortuna- estoy dentro de la competencia; desde que lo vi de esa manera, mi forma de ver las cosas dio un giro de 360º.

Porque yo quería verme dentro de una competencia para seguir impulsándome por alcanzar metas o para perseguir objetivos.

Me puse a reflexionar:

Fulano de tal tiene poder económico y está invirtiendo en su imagen, se está dando a conocer por medio de videos, medios de comunicación, así como por medio de sus empresas.

Zutano se encuentra creando programas de estrategias para tener un alto alcance en sistemas de difusión.

Perengano se está volviendo un experto en Relaciones Públicas.

Etc., etc.

Es decir, habemos personas que, aunque no competimos entre nosotros, por lo menos estamos haciendo lo imposible para demostrarnos que somos capaces de conquistar mundos.

Sólo que para esta competencia hay un factor que considero muy, pero muy importante, si este factor lo llegamos a tener presente, ¡cuidado!, estamos hablando del reconocimiento de una mentalidad de respeto.

Es precisamente de la mentalidad a lo que me refiero.

Porque el poder económico es una ventaja, el conocimiento de la ciencia y tecnología es una ventaja, pero si una persona es inteligente -en el amplio sentido de la palabra-, será (a mi gusto) el que gane esta competencia.

El tiempo lo dirá…

Habrá personas quienes estemos en la lucha con los pocos o muchos recursos que tenemos a la mano, pero como dicen algunos motivadores: si no tienes nada, nada tienes que perder.

Yo aspiro a ganar esta competencia, y sé perfectamente cuáles son las herramientas para lograrlo.

Sólo espero no tardarme más del tiempo del que ya tengo pensado para alcanzar la meta.

Porque finalmente se trata de resistencia y perseverancia. ¡Hasta pronto!

Ricardo Hernández Hernández
Poeta y columnista

Colaborador del portal:” Hoy Tamaulipas” hasta la fecha.
Actualmente estoy cursando un “Diplomado en Creación literaria” en la Biblioteca del Centro Cultural Tamaulipas, con el maestro José Luis Velarde.