Hola amigos, muchas gracias por todas las muestras de afecto que me hicieron llegar el día de ayer, 24 de octubre, con motivo de mis cumpleaños. ¡A todos ustedes les mando un fuerte y caluroso abrazo!

El miedo nos invade por todos lados.

Cuando se trata de emprender, crear, incluso hasta para escribir un libro tenemos cierto temor. Recuerdo cuando le comenté a un camarada que tenía pensado en escribir un libro sobre entrevistas. El camarada me dijo: “Para escribir un libro tienes que documentarte mucho, no es nada fácil, ¿eh?”. La misma respuesta la escuché en varias versiones. Lo que hice fue simplemente dedicarme a escribir el libro. Posterior a la presentación pasé a la oficina de un joven abogado quien expresó lo siguiente: “Superaste mis expectativas”.

No hace mucho tiempo me dediqué a investigar unos libros de redacción para compilar citas textuales con el propósito de poder presentar un libro sobre el mismo tema. No faltó quien me diera su opinión: “tienes que hablar directamente con los autores de los libros de redacción o, en su caso, con las editoriales.”

Mi propósito era arriesgarme a aprender lo que tenía que aprender, porque había muchas cosas que desconocía, sobre todo en lo concerniente a las citas textuales, si necesariamente tenían que ir entre comillas, porque he visto citas textuales en algunos libros que no están entrecomilladas, pero que viene al final de la cita textual toda la información del autor, editorial, año, etc.

Ahora, cuando traté de acomodar la información para la bibliografía, también tuve dudas, por eso mismo me di a la tarea de investigar sobre el orden en que debe ir.

Con este último ejercicio que realicé para escribir un compendio de citas textuales creo que avancé un poco más en el conocimiento sobre el orden y estructura de un libro.

Yo insisto en que hay personas que no se animan a dar el primer paso, que es el de comenzar a aprender por sí mismos, no se arriesgan a equivocarse, porque tienen en su mente “el qué dirán”, y esa forma de pensar no les ayuda ni les va a ayudar nunca para que puedan “evolucionar”.

El proceso natural dice que debemos entenderlo como el “primero gatea”, luego “camina”, después enséñate a “correr”. Si nunca has escrito un libro y piensas en escribir tu obra maestra a la primera, creo que va a estar bien “cañón”. Equivócate por ti mismo, escribe todos los libros que sean necesarios para que aprendas a equivocarte y a corregir con acierto.

En la vida sucede algo parecido, tenemos miedo a equivocarnos, tenemos temor a que la gente se burle de nosotros, tenemos miedo a que las personas te juzguen por tus fallas; bueno: ¡el miedo a equivocarnos nos invade por todas partes!

Debemos estar comprometidos con nosotros mismos para asumir riesgos y a darle pa´ delante. ¡Hasta pronto!

Ricardo Hernández Hernández
Poeta y columnista

Colaborador del portal:” Hoy Tamaulipas” hasta la fecha.
Actualmente estoy cursando un “Diplomado en Creación literaria” en la Biblioteca del Centro Cultural Tamaulipas, con el maestro José Luis Velarde.