AMLO con sus acciones propagandísticas se ha encargado de separar dos méxicos: sus incondicionales, y los adversarios a los que etiqueta como victimarios, no como lo que en realidad son: víctimas de sus malas decisiones de gobierno. Su aprobación popular tiene ver más con una relación emotiva, inclusive revanchista, que con una reflexión racional.

La visión presidencial están totalmente desapegados al análisis científico de la realidad social y del potencial del país. El dogma de la Cuarta Transformación ni siquiera es dictado por un equipo colegiado, sino por un sólo hombre: AMLO, quien opta por el enfrentamiento y la polarización, ante la incapacidad de resultados tangibles en la disciplina de la gestión gubernamental.

La estrategia es mantener ese escenario maniqueo para justificar los magros resultados y la toma de decisiones erróneas. El dilema no es si una vida vale más que una detención; no son los "conservadores"; el problema es que el gobierno puso en riesgo a la población por no planear.

Sumado a esto, continua optando por la polarización y muy lejos de invitar a la unidad, asumir responsabilidades, y dar explicaciones con claridad; se ha dedicado a justificar lo sucedido, a atacar a sus detractores y a señalar a los gobiernos anteriores. 

La única forma de tapar su incapacidad es mantener el constante enfrentamiento con los imaginarios adversarios, y el cuento de los que no quieren que México cambie.

Nadie busca el fracaso gubernamental en un tema tan delicado como la crisis de violencia e inseguridad que vivimos. Todos queremos tranquilidad. Pero a nadie le queda clara la estrategia, y estoy seguro que ni a su propio gabinete. Ni siquiera sabemos si existe una estrategia, más allá de sus discursos. 

Nadie cuestiona salvaguardar la vida de las personas, al contrario. El problema es que el gobierno de la 4T puso en riesgo a toda la población de Culiacán. Fue el error de no planear, de no prever, de actuar de manera irresponsable lo que hizo llegar a este punto. 

Todos estamos metidos en un gran lío porque las decisiones de AMLO nos afectan a los más de 112 millones de mexicanos, no solamente a los que le confiaron su voto, en ese sentido, los que votaron por otro candidato no son sus adversarios, son sus víctimas.

La Cuarta Transformación opera con acciones propagandísticas separando dos méxicos: los incondicionales de Andrés Manuel y sus adversarios a los que etiqueta como victimarios, no como víctimas de las malas decisiones de gobierno.

AMLO no asume que no se trata de adversarios o conservadores, se trata de un solo México. Se trata de una ciudadanía en vilo que a partir de lo sucedido en Culiacán se siente más vulnerable ante los errores cometidos y no asumidos.

De poco sirve querer si no se puede, poder si no se sabe, o saber si no se quiere.

Señor Presidente: SI QUIERE Y PUEDE, LE FALTA SABER. Dentro y fuera de la política, por encima de los que más quieren suelen salir airosos los que más pueden y sobre todo los que más saben.

Con todo ello, queriendo, sabiendo y pudiendo, se construye el futuro. Seguro estamos que NUESTRO PAÍS llegará más alto con un PRESIDENTE que conjugue a niveles óptimos estos tres grandes requisitos: QUERER, PODER Y SABER.

“Si en la política y en la vida crees que todo es de ganas, pierdes”

@Alberto_Rivera2

Alberto Rivera

Construyo procesos de comunicación siendo y haciendo cosas diferentes, provocando emociones y moviendo conciencias hacia la participación social y política.

Ayudo a potenciar marcas de proyectos políticos y gubernamentales a través del descubrimiento de insights, arquetipos de marca y estrategias de comunicación política.

Soy consultor, catedrático y speaker en Estrategias de Campaña Política y de Gobierno. Director General de Visión Global Estrategias.

Soy originario de Tampico, Tamaulipas y cuento con una Maestría en Educación, Maestría en Política y Gobierno y Doctorado en Filosofía; además de tener diversas especializaciones en Comunicación Política, Consultoría Política e Imagen.