Ciudad Victoria, Tamaulipas. - El pequeño José Ángel, quien nació sin esófago y lucha día a día para mantenerse con vida y sano, por eso ha tenido que sortear varias intervenciones médicas e incluso una dilatación semanal de sonda que tiene un costo que oscila entre los cinco mil pesos.

Originarios de Veracruz, pero ya con varios meses viviendo en ciudad Victoria, el pequeño y su madre Alicia Díaz Hernández, buscan el sustento y el dinero para las terapias de su hijo, para ello se trazan la meta de vender 100 pays, empanadas y otro tipo de panes que ellos mismos realizan.

El pequeño José Ángel sale todos los días a la calle, oficinas, negocios, taquerías, y todo tipo de restaurantes buscando poder vender su producto, ahí el pequeño relata que tiene que vender las dos cajas que hacen con sus panes para poder pagar sus tratamientos y llevar comida a su hogar.

Sin embargo; hay días buenos y malos, en ocasiones logran vender todo, pero en otras no corren con tanta suerte, o incluso en algunos lugares no les permiten accesar para ofrecer sus productos.

De acuerdo a lo que relata la señora Alicia Díaz, el pequeño José Ángel nació de forma prematura, llegó al mundo con siete meses de gestación, ellos son de Pueblo Viejo, Veracruz, pero se mudaron a vivir aquí a Ciudad Victoria para que su hijo pueda ser tratado.

Desde hace tres meses viven en Ciudad Victoria, inicialmente vivían en el albergue del Hospital Infantil, sin embargo, después tuvieron que buscar una casa y rentarla, pues semanalmente acuden al Hospital General a que su hijo reciba tratamiento médico.

“Lo operaron desde que tenía 3 años, le quitaron la sonda que tenía en el estómago ya que comía por ahí y actualmente tres por dentro, pero se le atora la comida. Para pagar los tratamientos, luego que el Seguro Popular no cubre nada”, dijo.

La necesidad por salir adelante fue tanta que la señora Alicia tuvo que aprender un oficio para sobrevivir, fue entonces cuando se hizo repostera, esto gracias a que una encargada del albergue del Hospital Infantil le enseñó.

La necesidad de subsistir la ha llevado a mejorar cada día en su oficio, esto luego de que las autoridades de salud, en reiteradas ocasiones les han negado el apoyo que solicitan.

“Ya me acostumbré a que me digan las autoridades ‘sí señora’ y no nos ayuden, tenemos tres meses rentando aquí, fui a al tercer piso y hable con el doctor en la Secretaría y dijo que me iban a apoyar, pero de esto ya va mes y medio y nomás no, ya por eso horneo, vendemos y con eso”

El tratamiento de su pequeño tiene un costo de cuatro mil 600 pesos por semana, por lo que debe de salir todos los días a vender sus productos buscando así reunir lo más que se pueda, pues también relata tiene una deuda de cinco mil pesos con el Hospital Infantil y aunque lo ha intentado en varias ocasiones, no le han dado una condonación.

Alicia Díaz y su hijo diariamente recorren las calles, mañana y tarde, buscando comercializar sus productos, buscando con esto costear los tratamientos, medicamentos y terapias de su hijo, para poder subsistir y salir adelante.

BSJA