Si a una persona no le interesa escribir o contar su historia, es por demás tratar de insistir. En cambio, si una persona parte de un “Yo quiero”, cabe la posibilidad de hacer algo por ella. Ahora si dice “Yo quiero y puedo” sería lo ideal. En la actualidad para contar una historia se necesitan de esos dos ingredientes: yo quiero y puedo. Puede suceder que a la persona se le dificulte poder expresarse por escrito, pero eso no es ningún problema.

En lo personal no veo ningún inconveniente que dos personas hagan equipo para escribir la historia autobiográfica, a menos que la persona interesada en escribir su libro no tenga intenciones de pagar por el servicio de captura de datos, porque la historia va a ser de quien paga. Lo más sano y recomendable es ponerse en común acuerdo para trabajar en el proyecto. Aquí se trata de ser positivo, tener la mente y el corazón abierto para que las cosas se puedan dar.

Debemos ser honestos, habrá personas con muchísimo talento y conocimiento para escribir artículos periodísticos o científicos, de eso no cabe la menor duda, como también es bueno reconocer que esas mismas personas no son capaces de desarrollar por escrito su propia historia, o sencillamente ninguna historia.

Ahora, yo admiro el valor de las personas, sobre todo de aquellas que han tenido que pasar por situaciones adversas en las que su salud ha estado en peligro. Por ejemplo, las que han vencido al cáncer, las que sufrieron un accidente y se recuperaron, etc.

Entre otras cosas me pongo a imaginar en toda la cantidad de historias autobiográficas muy interesantes que debe haber en cada hogar, en nuestra ciudad.  

Tan sólo en el café salió un tema que me pareció de lo más interesante, se trató de cómo surgió la idea de construir el Club Campestre, aquí en Ciudad Victoria. De ahí podemos hacernos varias preguntas: ¿a quién se le ocurrió la idea de construir el Hotel Everest? ¿A quién se le ocurrió la idea de los cines?, ¿se acuerdan? Tal vez podamos encontrar información con el cronista de la ciudad; sólo que en este caso lo ideal sería que existieran historias narradas por sus propios dueños, porque de haber libros ofrezco una disculpa por no estar actualizado en ese punto.

Aprovecho el espacio para agradecer a todos mis camaradas quienes se han estado tomando la molestia de difundir mi trabajo, pasando información de boca en boca para que la gente sepa que estoy realizando trabajos en apoyo a la narrativa de historias autobiográficas, o para estructurar información para el contenido de libros.

A todas aquellas personas que me conocen y a los que no me conocen, les mando una atenta y especial invitación para que se animen a escribir su historia, su experiencia vale mucho, y si es compartida vale el doble.

Les comparto un fragmento del libro “Los pasos de un peregrino”, del Sr. Fco. Pérez:

“Junto a Ramitos tuve muchas anécdotas en las estaciones donde solíamos quedarnos solos y aprovechábamos el momento para escuchar el canto de las cigarras al atardecer y recrearnos del brillo de las estrellas por la noche. Nos encantaba admirar la aparición del lucero de la mañana.”

“Era bonito contemplar todo ese espectáculo nocturno el cual me hacía sentir vulnerable ante tan inmenso océano de estrellas. Ramitos siempre contaba anécdotas muy repetitivas, casi siempre relacionadas con el trabajo. Se quedaba admirado cuando la tecnología parecía cada día más avanzada en poco tiempo”.

*Escribe tu historia autobiográfica. Relaciones Públicas. Telcel. 834-274-37-00. Correo electrónico: saritahdz73@hotmail.com

PD. No se les olvide acompañarnos a la presentación del libro del Sr. Fco. Pérez. Lunes 11 de nov. 5 pm. 20 y 21 Coahuila. Sindicato de telefonistas.

Ricardo Hernández Hernández
Poeta y columnista

Colaborador del portal:” Hoy Tamaulipas” hasta la fecha.
Actualmente estoy cursando un “Diplomado en Creación literaria” en la Biblioteca del Centro Cultural Tamaulipas, con el maestro José Luis Velarde.