México, (Notimex).- En México, las personas con enfermedades mentales son blanco de estigma y discriminación, lo que empeora si se encuentran en situación de calle, advirtió el médico psiquiatra Walfred Rueda.

El especialista consideró que la sociedad está en deuda con esas "minorías olvidadas", ya que su condición no es sólo producto de alteraciones biológicas o problemas psicológicos individuales, sino que también responde a factores sociales que pueden contribuir a que aparezcan o se exacerben los síntomas de la enfermedad mental.

Frente a esa realidad, dijo que la asociación que dirige -Proyecto Mente Creativa- apoya a esas personas con evaluación y tratamiento psiquiátrico gratuito, además de sensibilizarlas y educarlas sobre su enfermedad.

También ayuda a las personas con trastornos mentales a encontrar un empleo o a adaptarse al que ya tienen, por lo que las asesoran en la elaboración del curriculum y en cómo desempeñarse en una entrevista de trabajo, mientras a los empleadores los orientan sobre el trato que deben dar a personas con estas características y cómo manejar episodios de crisis en caso de que se presenten.

El también maestro en Ciencias Médicas por la Universidad Nacional Autónoma de México afirmó que "todas las personas con enfermedad mental, independientemente de la severidad de sus síntomas, son susceptibles de tener cualquier tipo de empleo", y que el hecho mismo contribuye a la rehabilitación de quienes presentan síntomas severos.

Como su nombre lo indica, el Proyecto Mente Creativa emprende además diversas actividades de arte enfocadas a informar y concientizar a la sociedad sobre las enfermedades mentales, para reducir el estigma y los mitos que existen al respecto, como que las personas con esos padecimientos son "flojas, agresivas, poco confiables y raras".

Walfred Rueda opinó que, pese a que el Sistema de Salud pública en México ha registrado avances para la atención a quienes padecen esos trastornos, que según cifras oficiales son 30 por ciento de la población, la inversión en salud mental sigue siendo mínima: apenas dos por ciento del presupuesto destinado al Sector Salud.

Evidenció también la falta de recursos humanos e infraestructura, así como de programas para la reintegración de esas personas a la sociedad y para el combate a la discriminación, que es un factor que contribuye a limitarles el acceso pleno a servicios como la salud, la educación y la vivienda.