Recién pasamos un aniversario más de nuestra independencia, días en el que el país se llena de mucho colorido encabezados por los colores verde, blanco y rojo distintivos de nuestra bandera. Las canciones tradicionales mexicanas se escuchan con mayor frecuencia y el “patriotismo” florece, el olor de nuestras comidas tradicionales invade el ambiente destacando entre ellas las clásicas tostadas, chiles en nogada y el siempre infalible y pozole. En estas fechas la gente se olvida de Maluma y piensa más en José Alfredo Jiménez, con cada año que pasa se incrementan las reuniones para festejar, las familias y amistades se enfiestan en casas, antros o aquellos más sanos y apegados a costumbres de antaño en el tradicional grito.

Se supone celebramos a aquellos hombres y mujeres valientes que patria nos dieron, celebramos el hecho de ser libres, de ser orgullosamente mexicanos, conmemoramos acciones llenas de gallardía para que estas sigan recordándonos nuestro pasado, esencia y cultura; ¿pero en verdad pasa eso?

Para mi humilde gusto la mejor manera de conmemorar a todos nuestros hermanos y hermanas que vieron injusticia y decidieron no callar así como hacer algo al respecto y no solo para ellos sino para que millones de compatriotas posteriormente pudieran gozar de diferentes condiciones de vida, es precisamente eso, seguir su admirable ejemplo. Y aclaro que por supuesto que me gustan los festejos y por supuesto que el ver el colorido en las calles y ni se diga el poder disfrutar del manjar culinario de nuestra cultura, siendo en lo personal el pozole una de mis indudables comidas favoritas, es algo que aprecio. Pero también aprecio el hecho de saber que hubo personas que hasta su vida dieron por sus ideales y por nuestra gloriosa nación.

Si me encanta el pozole pero adoro mucho más a mi patria y para ella mi lealtad, mi amor, mi eterna e incansable devoción. México es grande a pesar de sus ingratos hijos traidores que la han querido saquear y que les interesa todo menos el bienestar de sus hermanos y tierra. Para ellos que sea el tiempo y el karma quien en su lugar los ponga y para los demás les recuerdo que no solo con gritar viva México cambiamos nuestro entorno, sino actuando con determinación, hermandad colectiva y un muy necesario amor y patriotismo.

Jorge Alonso Infante Alarcón  

Carrera Licenciado en Relaciones Internacionales.

Maestría en Administración Pública en la U.A.M. Francisco Hernández García (U.A.T.)