Ejercer un liderazgo nunca es fácil y menos tener una responsabilidad de administrar recursos para millones de personas. Sabemos que históricamente se ha creado una imagen nada positiva en el entorno nacional y estatal en cuanto al manejo de los recursos en las administraciones públicas se refiere. Por ello cada día la exigencia es mayor y mucho menor es la paciencia que la sociedad tendrá en contra de aquellos que no cumplan con las expectativas. En el caso del estado de Tamaulipas podemos decir que ha sufrido consecuencias duras a causa de malos manejos y controversiales administraciones. Aún que en algunas mucho se hizo, es notorio que salió caro el haber dejado pasar tantos actos de corrupción y colusión, las consecuencias las vivimos ahora.

Fue en ese tenor que en su campaña el actual gobernador pregonó vientos de cambio, vio un estado golpeado y débil y se propuso a hacer algo al respecto. En la actualidad se puede decir que todavía se combate mucha de la problemática de antaño, que el cambio no ha sido nada fácil de conseguir, retos importantes siguen presentándose. Una parte de la población siente que se ha quedado a deber mientras otros comprenden que los cambios de tal naturaleza no se producen de la noche a la mañana. Sería correcto comentar que como en todo equipo de trabajo, existen algunos a los cuales confianza se les otorgó pero a la fecha pareciera no han podido corresponder con resultados y otros que se han esmerado por seguirle el paso al ejecutivo estatal.

La primera prueba dura fueron las elecciones federales en las cuales Morena pudo equilibrar cierta fuerza política en Tamaulipas y con ese sentimiento pensaron podían comenzar a permear con su ideología. Es por eso que las elecciones para el congreso del estado representaban el duelo perfecto que pondría a prueba las dos fuerzas políticas predominantes del estado. Y ahora sabemos cuál fue el resultado y hablando de fuerzas, si algunos dudaron de la fuerza, carácter y empuje del gobernador…pues los resultados hablaron por sí mismos. Innumerables lecciones que aprender para muchos, grandes  responsabilidades para los ganadores y un dejo de fuerte amargura que quedó para aquellos que subestimaron la resiliencia de un fuerte gobernante.

Jorge Alonso Infante Alarcón  

Carrera Licenciado en Relaciones Internacionales.

Maestría en Administración Pública en la U.A.M. Francisco Hernández García (U.A.T.)