La migración interna
El tema no es nuevo, pero toma relevancia en relación con la problemática actual de la capital tamaulipeca: el agua. Estamos acostumbrados a conocer, incluso de pronto a ser indiferentes, al tema de la migración que se da en dos planos: de un país a otro, México a Estados Unidos, o de una ciudad a otra, incluso en la misma entidad: de Victoria a la frontera, a Matamoros, Reynosa o a Nuevo Laredo.
La falta de agua en la capital ya no es un problema circunstancial, digamos atribuírselo a la sequía, es parte de un problema multifactorial que, incluso, tiene como responsable a los distintos gobiernos, tanto estatal o como municipal, que han visto el problema y lo han dejado pasar: solo han realizado acciones de mejora pequeñas, pero no estructurales.
MIGRACION POR EMPLEO.
En Tamaulipas hay zonas, como la del Altiplano (Tula, Jaumave, Palmillas y Bustamante) en donde se jactan que ya no hay hombres, menos que sean jóvenes: porque al no haber, ahí, fuentes de empleo salen en busca del mismo: la más cercana, es irse a la ciudad; la otra, la que es más intensa, es irse al otro lado y, desde allá, con las remesas en dólares apoyar a sus familias e, incluso, apuntalar la economía local.
Este tipo de migración tiene un culpable: el gobierno y la estructura económica, la productiva: el gobierno no genera inversión ni estimula a que, en esas regiones, haya creación de empleos. Para no morir de hambre, tallan la lechuguilla, hacen producir el campo y elaboran artesanías. Y nada más: no hay forma, vaya pues, de evitar esta migración. Las mujeres, las familias, se quedan solas.
MIGRACION POR EL AGUA.
En la campaña electoral le escuche al candidato priista Alejandro Etienne hablar de la migración interna en la capital tamaulipeca. Y ahora Ubaldo Castillo Martínez, líder de la Asociación PROAGUA del noreste, dice exactamente lo mismo: que los victorenses se están cambiando de una zona a otra, sea rentando o comprando casa, en aras de llegar a una donde el agua no sea problema. Y es que, así sucede: algunas se quejan de que tienen más de 6 meses sin agua… en tanto que otros, ufanos, presumen que se bañan todos los días.
Américo Villarreal Guerra, como gobernador tamaulipeco, como victorense, vio el problema y de inmediato se aplicó: construyo el acueducto de la presa. Pero hizo una advertencia, habrá agua para 20 o quizá 30 años solamente. Y es que, previo, el rápido crecimiento demográfico y la ampliación de la zona urbana de la capital: los mantos acuíferos, las fuentes de abastecimientos, se agotan… ya casi nadie presume que toma agua de La Peñita.
IRRITACION SOCIAL.
Los signos son evidentes: las críticas y reclamos en las redes sociales; el bloqueo de calles y avenidas; el secuestro, digamos virtual, de pipas; de nada vale regalar tinacos, ni repartir agua en pipas, si no se ataca el problema de manera estructural. El siguiente paso, sin la menor duda, puede ser más radical y crítico de la población… hay irritación ya, por ejemplo, en amplias zonas del centro de la ciudad: ya no son, únicamente, las colonias de la periferia. Recuerden, los nuevos diputados del PAN, en campaña, también ofrecieron soluciones.
Melitón Guevara Castillo
Licenciado en Administración Pública (UAT), Doctor en Comunicación y Periodismo (Universidad de Santiago de Compostela).
Profesor Emérito de la UAT. Líder del Grupo de Investigación “Democracia y Comunicación Política” de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales (Victoria, Tam.,).
Representante en Tamaulipas de la Red Nacional de Investigadores de la Calidad de la Democracia.
Escribe la columna política DESDE ESTA ESQUINA, desde 1984 en El Diario de Cd. Victoria y actualmente en Hoy Tamaulipas.
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