Aunque alguna vez había abordado el tema pero desde otra perspectiva, en esta ocasión lo retomo haciendo un ejercicio comparativo y estudiando la manera en como gradualmente van cambiando las estrategias y/o formas de realizar promoción política. Salta a la mente el documental de Netflix en donde abordan desde su perspectiva el caso de Cambridge Analytica, empresa que se dedicó antes de declararse en “bancarrota” a manipular datos de los usuarios de las plataformas por internet, para beneficio político de quienes los contrataban. Ya había leído diversos artículos muy buenos sobre este tema, en especial uno que los involucraba en el ámbito de operación del Brexit. Este tema es por demás interesante analizarlo ya que debemos de hacernos preguntas muy relevantes sobre nuestra privacidad.

¿Sabemos hasta donde utilizan estos mecanismos para tratar de manipular a la sociedad según ciertos intereses específicos? ¿No es una inquietante invasión a nuestra vida privada? ¿Acaso no deberían ajustarse a ciertas leyes protectoras de los derechos individuales en estos casos  las plataformas como facebook, google, twitter,  o en realidad no nos importa?

El tema da mucho de qué hablar pero la cuestión es de que cada día estamos más sumergidos en redes sociales o medios electrónicos de entretenimiento, noticias, juegos, etc. Y son precisamente de este tipo de fuentes de las cuales paulatinamente extraemos más información que afecta nuestro juicio, forma de razonar, opiniones sobre ciertos temas y hasta relaciones personales. No por nada cada vez más se acuden a estos medios para promocionar, desacreditar, calumniar, informar o querer manipular al usuario. En campañas políticas ya es algo “de cajón” como dicen, que haya equipos o personas encargadas de manejar este tipo de medios, incrementa notablemente al paso de los años el dinero que se destina para estos temas.

En verdad pónganse a analizarlo, ¿a poco ustedes no se han dado cuenta de como intentan manipular a la sociedad por estas vías? Se aprovechan tanto de una ignorancia personal o colectiva así como del afán protagónico de las personas, aquel que busca perversamente enterarse de cosas, criticar, ofender, mostrarse ante los demás según la forma en que él o ella quieran. En el caso específico de México, a mi opinión somos un lugar idóneo para poner en práctica mecanismos de operación política de este tipo debido a nuestra idiosincrasia así como nuestras formas muy particulares de comportarnos.

En nuestro país o endiosamos o destrozamos, nos encanta sentirnos orgullosos de nuestro nación cuando existen motivos para ello pero a su vez la desprestigiamos vilmente cuando alguna decepción tenemos. En múltiples casos se han usado efectivamente este tipo herramientas de manipulación para efectos políticos, para bien o para mal. Un ejemplo claro fue la campaña negra hace años en contra de obrador  (Es un peligro para México) de Antonio Solá, que logró minar efectivamente las posibilidades de este. Otro ejemplo local fue la estrategia de campaña del actual gobernador, con frases como:

 “De que se van se van o vientos de cambio”, mismas que  penetraron fuerte y efectivamente en un electorado ansioso de cambiar de rumbo.   

Están los casos de las campañas recientes en E.U de Obama y de Trump respectivamente, los dos le apostaron a estos mecanismos y los dos (en su manera cada cual) sorprendieron y ganaron.  Lo malo es que cada vez más se están usando mundialmente para campañas con tendencias tiránicas o al menos de ideologías autoritarias o no tan democráticas.    

Reflexión

A mayor ignorancia, mayor ganancia de los perversos manipuladores o como bien dijo Simón Bolívar:

“Un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción.” 

Jorge Alonso Infante Alarcón  

Carrera Licenciado en Relaciones Internacionales.

Maestría en Administración Pública en la U.A.M. Francisco Hernández García (U.A.T.)