Matamoros, Tamaulipas. - A pocos días de cumplirse un mes de la tragedia en el río Bravo que divide Matamoros con Brownsville, donde se ahogó un padre hondureño con su hija de dos años, hoy un grupo de migrantes se lanzaron al mencionado río sin medir el peligro y por fortuna lograron llegar vivos al lado norteamericano.

Los hechos fueron debajo del Puente Nuevo Internacional de dicha frontera tamaulipeca en donde los migrantes corriendo hacia el río Bravo pasando frente a la Guardia Nacional quienes no pudieron evitar que los migrantes se lanzaran al agua.

Una mujer que traía a una niña en brazos se lanzó al caudal con un inflable y en compañía de un hombre, corrieron hacia el río para meterse de manera instantánea. A mitad de caudal, la menor, de algunos 3 o 4 años, comenzó a llorar por el terror que le ocasionaba este acto inseguro.

La trama no terminó ahí, una fémina que los había visto adelantarse se zambulló y a brazadas se dirigió hacia a ellos, logrando llegar junto a la orilla y estar en suelo firme, agitados y con la adrenalina hasta el tope.

Otra más, se aventó al agua y logró reunirse con los que estaban en territorio estadounidense, aunque ya estaban los oficiales de la Patrulla Fronteriza esperándolos para detenerlos.

Más adelante, otra mujer con una niña, quien ya traía puesto el salvavidas, se metió al caudal y espero que una de las personas regresara por la menor para trasladarla hacia donde estaban los demás. La migrante en pleno nado también lloró de pánico ante la situación.

Finalmente, dos más, del sexo femenino, cruzaron a nado, mientras en la orilla del lado mexicano estaba una de sus familiares llorando por la separación. Pese a que le insistían que se cruzara, no quiso porque estaba acompañada de un adulto mayor y además la Guardia Nacional ya resguardaba el sitio.

Al final, los agentes estadounidenses trasladaron a los migrantes a un centro de detención, ya que no hubo margen para que los ‘ilegales’ pudieran escapar.