Como alguien que tuvo la oportunidad de competir y salir triunfador en diversas justas atléticas, me llena de enorme orgullo que, en la pasada Universiada Mundial, Nápoles 2019, Paola Moran, Valente Mendoza, los otros integrantes del equipo de relevos 4 x 400 mts., tanto femenil como varonil, pusieron muy en alto a México. Sin complejos, con gran gallardía y seguridad compitieron, se les veía bien preparados y lo terminaron demostrando. Tres oros y una de plata en los 400 individual y de relevos entre todos. Eso nos viene a demostrar que la capacidad, calidad y sangre triunfadora la tenemos, provenimos de valientes guerreros y de una cultura que muchas veces no dimensiona lo grande que somos como raza y como país.

En una nación en donde se vanaglorian los corruptos, donde no se apoya al deporte como se debería, en el cual mucha de la clase política piensa que son semidioses pero que si compitieran en un entorno mundial darían vergüenza, el triunfo de los jóvenes campeones es como una bocanada de aire fresco. Ellos sí son verdaderos triunfadores, ellos sí tuvieron que eliminarse con lo mejor a nivel mundial en su categoría, ellos merecen un sincero respeto, así como una más que genuina admiración. Mientras unos roban los sueños de otros que tanto de esfuerzan por su falta de vergüenza y capacidad, ellos inspiran a grandes y chicos, recordándoles que cuando verdaderamente se quiere, todo se puede. 

La constancia al correr de Paola y los cierres fantásticos de Valente me hicieron recordar viejas proezas, pero sobre todo enorgullecerme de mis raíces, de mi sangre, de mi amado México. Porque nuestra tierra es sin duda esplendorosa, multifacética, llena de recursos naturales y bellos paisajes, ella es la menos culpable de una desigualdad brutal, de niveles descarados de corrupción, de una sociedad que todavía no comprende que el verdadero triunfo social llegará con la competitividad, mayor educación, valores fuertes y con una disciplina individual, así como colectiva.  

Las medallas de real valía no se entregan a lo tonto, estas se ganan siendo competitivos y entrenando más duro que los demás. Mi respeto y admiración para todos aquellos que no se rinden y que día a día compiten honradamente para efectos de lograr sus metas. ¡Viva México Ca..mpeones!

Jorge Alonso Infante Alarcón  

Carrera Licenciado en Relaciones Internacionales.

Maestría en Administración Pública en la U.A.M. Francisco Hernández García (U.A.T.)