Serán aliados Estado y Obispado de Tampico para rescatar a las familias
Tampico, Tamaulipas. - El Obispado de Tampico será un aliado del Gobierno de Tamaulipas para el fortalecimiento de la familia en todos los sentidos, para que la sociedad cambie, expuso el obispo de la Diócesis, monseñor José Armando Álvarez Cano.
Agregó que tuvo una comunicación vía telefónica con el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca a su llegada a Tampico, donde conoció que un trabajo fundamental de su gobierno es el fortalecimiento de las familias, lo que comparte, es por ello que se sumarán a él para abordar los problemas que sufren jóvenes y adultos.
"Sabemos que la familia es el lugar más importante para que nuestra sociedad pueda cambiar, y para que la Iglesia también pueda florecer; entonces, en la familia tenemos que poner nuestro ojo ahí, nuestras actividades, nuestro empeño, recordarles a los padres de familia que ellos son los primeros maestros que acompañan a sus hijos en el encuentro con Dios", reiteró.
Este domingo 7 de julio, al mediodía, acompañado de sacerdotes y del vicario de la Diócesis, Elías Gómez Martínez, el obispo ofició su primera homilía frente al pueblo de Tampico, a quien se dirigió en su mensaje pidiéndoles que sean los portadores del mensaje de Cristo, del Evangelio, para fortalecer las relaciones entre todos.
La misa versó en torno a la experiencia de Jesús, en camino a Jerusalén, cuando envió a 72 de sus seguidores para adelantarse para proclamar el reino de Dios, lo que interpretó monseñor Álvarez Cano como un deseo de Cristo de que se hable del Señor para que se conozcan sus obras.
"Aquí nos dice que no fueron los obispos, los apóstoles, que no fueron las personas, sino que acudieron todos los que estaban ahí presentes; porque el número 72 es simbólico, en la antigüedad se creía que eran 72 los pueblos de toda la tierra", citó.
"A veces pensamos que la proclamación del Evangelio es solamente obligación del obispo, de los sacerdotes, de las catequistas, pero no; podemos decir que nosotros estamos viviendo de nuestras rentas, estamos disfrutando de algo que no hicimos, nuestra fe a veces es de nuestros pueblos, de nuestros abuelos, de nuestros padres, porque se está perdiendo la obligación en la familia de enseñar a los hijos el camino de Dios", completó.
Refirió que sólo quienes han vivido la fe son quienes le pueden hablar a otras familias de lo que se trata el reino y el camino de Dios, incluso a los jóvenes les deben hablar de Él, sobre todo en el marco de una cambiante manera de experimentar hoy en día la comunicación.
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