Majestuosos se pueden llegar a ver, imponentes según su tamaño y/o dimensión, un bastión impenetrable, una fortaleza inigualable. Un castillo siempre será algo que deslumbra, que llama la atención, una edificación que impone y que generalmente asombra. Sí en efecto, un castillo es todo eso y la gente generalmente reacciona con admiración ante su magnificencia, doblega su pensar y le da el beneficio de ser una estructura longeva y por muchos ángulos impenetrable. Y en realidad muchos son así… pero no todos.

Algunos castillos se solidifican y aparentan grandeza, pero nada en la vida dura para siempre.

En México hubo un impenetrable tricolor que parecía nunca derrumbar pero tarde o temprano como se dice, le llegó su hora. Gente de sangre azul conquistaron y edificaron el suyo por una docena de años pero doblegándose ante un último suspiro de vencer por parte de los originales conquistadores. Tras años de lucha y encabezados por un personaje que no se vencía, hicieron su arribo la gente morena, permeando en millones de una manera que ni ellos esperaban. Los castillos no se estaban haciendo como aparentemente antes los edificaban, pero tal era la necesidad de un cambio que permitieron a los morenos levantar uno de grandes dimensiones, prometiendo ellos compartirlo con los demás como nunca antes se había hecho.

Una de las siguientes batallas se libraría en la gran Tamaholipa, tierra de feroces guerreros, misma en la que en su reciente memoria había visto caer el castillo y latifundio tricolor local por unos vientos fuertes de cambio. Pero los morenos sorprendieron a los nuevos jerarcas y dieron señales de una probable y paulatina conquista. Llenos de excesiva confianza pregonaron premeditadamente una contundente victoria, que no solo no llegaría sino demostraría que sus edificaciones en estas tierras fueron hechas más con materiales tipo arena que con adobe o piedra.  Una marea azul tocó tierra y avasalló a su castillo de arena. Ahora y con justa razón la algarabía azul es grande pero deben de tener cuidado, porque está demostrado que en estos tiempos aquel que se confía puede estar edificando su propio castillo de arena…

Jorge Alonso Infante Alarcón  

Carrera Licenciado en Relaciones Internacionales.

Maestría en Administración Pública en la U.A.M. Francisco Hernández García (U.A.T.)