Matamoros, Tamaulipas.- Los días fríos, lluvias y ahora calores de Matamoros no son impedimento alguno para los migrantes y sus familias, que tienen más de tres meses en espera de recibir un permiso de internacionalización a los Estados Unidos.

Algunos duermen en los mismos puentes, en iglesias y otros más entre el monte del río Bravo, en donde incluso se puede observar algunas casas de campaña.

De origen hondureño, Víctor Aguilar ya tiene tres meses en Matamoros y aún no ha podido ser atendido por las autoridades de los Estados Unidos, sin embargo, aseguró que no se va a desesperar.

“Yo salí de mi país en busca de una mejor vida, hasta ahorita no hemos podido ser atendidos”, dijo.

Comentó que en el campamento que montaron entre el monte, es más que nada para refrescarse, ya que estar sobre la explanada del puente es de mucho calor.

Explicó que la mayoría cuando llega la noche se duermen en la explanada, en tanto en el día se van a la orilla del río que les sirve para refrescarse.

Destacó que colocaron un pequeño módulo que les sirve como baño, obtienen agua de un pozo que está cerca de donde montaron su campamento y ahí se bañan.

Indicó que en la comida hay personas que vienen de Estados Unidos o de aquí mismo y les llevan, “pero también cocinamos, compramos algunas cosas para comer”.

El migrante resaltó que aún falta mucho para que los atiendan, ya que tienen el número 300 y apenas van en los 57.

Precisó que desgraciadamente las autoridades norteamericanas sólo reciben una o hasta tres personas por día, pero desde hace tres días no han atendido a nadie.

oal