México, (Notimex).- Indiferencia total fue la que tuvo la afición hacia el técnico argentino de Dorados de Sinaloa, Diego Armando Maradona, en su regreso al estadio Olímpico Universitario.

Tuvieron que pasar casi 33 años, para que el astro sudamericano pisara nuevamente esta cancha, donde jugó dos partidos en la Copa del Mundo México 86.

El camino de Argentina hacia el título tuvo como escenario este inmueble, donde el cuadro sudamericano se impuso a Corea del Sur y Bulgaria.

El andar para estar aquí no fue sencillo, no solo porque ante de jugar los cuartos de final tuvieron que disputar la fase de grupos, sino porque para descender del camión pasó momentos complicados por sus problemas para caminar.

Más allá de la expectativa que despierta un campeón del mundo y el que es considerado el mejor futbolista en la historia, la afición universitaria no tomó mucho en cuenta su llegada a las bancas.

De hecho, fueron los reporteros gráficos los que se encargaron de generar la “bola” y la expectativa para conseguir la mejor toma del “Diez”.