Decir que puedes correr 5 kilómetros sin tener una condición necesaria y/o practicar alguna actividad física, no es imposible pero si poco probable. Hablar es fácil pero secundar nuestras palabras con acciones muchas veces no es tan sencillo como lo es el formular constantes aseveraciones. Dirigir un equipo de futbol, por poner un ejemplo, requiere de cierto conocimiento, habilidades y destreza, llegar a ser exitoso y ganar campeonatos se vuelve cuestión de esfuerzo y dedicación y no de mera suerte. Una planeación adecuada, estrategias bien analizadas e implementadas, decisiones consensadas y previamente estudiadas, compañerismo, humildad, empatía, pero sobre todo una idea clara de a donde se quiere llegar. El fracaso es parte de la vida y nos ayuda a prepararnos mejor y ser más aptos para sobrepasar obstáculos, en los casos de aquellos que aprenden las lecciones; Resiliencia.

Pero también están los casos en que la soberbia, falta de visión, de conocimiento, así como un sincero proceso reflexivo, son causantes de un estancamiento organizacional y por ende impiden cumplir con las metas o expectativas generadas. Lo increíble radica en que muchas cosas son cuestión más de factores como, prudencia, lógica, algo de sensibilidad, más que algún conocimiento específico. La falta de resultados dependerá mucho de la persona que encabeza los esfuerzos de un grupo, de su postura, ideales pero sobre todo de su capacidad analítica y procesamiento mental. Lo reitero, el éxito solo llegará si se tiene claro el rumbo que hay que tomar después de haberlo estudiado con sapiencia analítica y prudencia.

Aún que las condiciones en las que un nuevo director técnico haya agarrado un equipo no hayan sido las más favorables, la afición esperará resultados positivos, aplaudirá inclusive una derrota o empate pero si este fue peleado y la entrega del equipo fue notoria. Pero no perdonará que no se juegue con garra, pasión, sin un estilo claro, sin determinación y amor por la camiseta. Para ganarse la estima y respeto, hay que sudar la playera, meter goles y demostrar resultados. Excusarse con los mismos argumentos solo podrá durar un breve periodo, después de eso es ganar o ser denostado. Así es que queda claro no es lo mismo decir vamos a ser campeones, a verdaderamente llegar a hacerlo. El balón ya está en juego y lo que se necesitan son goles…

Jorge Alonso Infante Alarcón  

Carrera Licenciado en Relaciones Internacionales.

Maestría en Administración Pública en la U.A.M. Francisco Hernández García (U.A.T.)