Mis metas
¡Feliz año nuevo! Es mi primer texto del nuevo año. Y quiero ser reiterativo: leí el día último, principalmente, que hubo quienes con cierto dejo de molestia, hicieron notar que les fastidiaba que sus contactos consignara sus metas, sus propósitos de año nuevo. Que cansaban y fastidiaban, que era una necesidad. Por mi parte, yo pienso lo contrario: todos debemos de tener metas, si las hacemos públicas, ya es otra cosa.
Estoy plenamente convencido de que es necesario planear. Mis estudios primarios son de Administración Pública, así que uno de los principios básicos que aprendí es la planeación, incluso la previsión, como una parte importante para lograr metas, tanto personales como empresariales o de negocios. Sin metas nunca sabemos si avanzamos, retrocedemos o estamos estancados.
HUBIERA TENIDO UN HIJO.
Las metas en términos de tiempo pueden ser a corto, mediano y largo plazo; sin embargo, si son personales, estas pueden caer en el ámbito estrictamente personal o en el profesional o laboral. Por ejemplo, recuerdo que un amigo, allá por los 90´s me dijo: si para los 50 años no hiciste una fortuna, se entiende dinero, ya no hiciste nada. La vida le dio la razón: yo vivo de una modesta pensión en cambio, el, disfruta de una majestuosa mansión, puede viajar a cualquier parte, el día que quiera… le fue bien, excelentemente bien, en los negocios.
Por mi vida periodística conocí a mujeres exitosas en la política. Más de una, alguna vez me confeso: por andar en esto, hasta se complica tener novio; algunas veces nos hemos quedado vestidos y alborotados de una boda, porque me llaman de la oficina: por los pendientes del jefe. Y una mujer exitosa en la política y con larga vida legislativa, un día me comento: “debí tener un hijo”. En pocas palabras, por las metas profesionales o laborales, olvidan otras.
NO PUEDO PLANEAR UN DIA.
En la vida universitaria a los recién ingresados se les da el curso de “tutorías”; uno de los puntos a tratar es el tiempo, como distribuirlo como estudiante, como una forma de que aprendan a planear su vida: que distribuyan su tiempo en el aula y fuera de la misma, para evidenciarles que esa administración es la que puede ayudarles a lograr sus metas de aprendizaje. Y, ya en plan más grande, se les pide que establezcan metas a mediano y largo plazo; obligándolos, entonces, a que establezcan la forma o mecanismos para lograrlas.
Es difícil que los alumnos entren al aro de la planeación. Fue cuando una alumna me dijo, a pleno pulmón: profesor, si no puedo planear un día, usted quiere que haga planes de toda la vida. Y es que, me acuerdo, les explique: tienen que hacer elecciones, como una carrera profesional, que les dará herramientas para costear su vida; tienen que elegir, un día, una pareja, para formar una familia; tienen que determinar, por ejemplo, si quieren acumular riqueza o la quieren disfrutar con viajes, con una casa grande, con carros lujosos, entre otras cosas.
LAS METAS DIRIGEN LA VIDA.
Como Rene Descartes, yo no puedo decirles que hagan, pero si puedo comentarles como he conducido la mía y, en lo personal, me ha dado buenos resultados. Soy hijo de una familia campesina, mi padre, incluso aún vive en el campo. Así que decidí estudiar, como una vía, para tener una mejor vida. Logre estudiar un doctorado en comunicación y periodismo; dedique mi vida laboral a la docencia, a la investigación y al periodismo. No me hice rico, pero tuve satisfacciones: viajar un poco, conocer a otras personas, disfrutar de otras culturas y ahora disfruto de la vida.
Entre los consejos que de pronto vemos en la red, hay uno que me llama mucho la atención: que unos trabajan intensamente para acumular riquezas, que olvidan su salud; luego, para recuperarla, se gastan lo poco que acumularon. Y otros, por dedicarse plenamente, a la vida profesional o laboral se olvidan de su familia… y para cuando acuerdan, por eso, se desintegran. Es complicado tener todo, pero debemos luchar por lo que nos da plena satisfacción.
JUSTO Y A TIEMPO.
León Felipe, el poeta español, aconseja que al viajar a veces hay que detenerse y revisar la ruta, pues a veces hay desviaciones; y que, además, a veces, haya que hacerle como las aves, que refrenan o aceleran su vuelo, porque lo que importa es llegar con todos y a tiempo. Así es, sin duda, la vida de uno. En mi caso, ya terminada una vida laboral, mis metas son la familia y mi salud: para la segunda, por ejemplo, es vital la activación física como una alimentación sana. En fin, la cuestión es que para tener metas, es preciso tomar decisiones, desarrollar las acciones pertinentes, tener voluntad y ser persistente… sin metas, no sabemos a dónde vamos a llegar.
Melitón Guevara Castillo
Licenciado en Administración Pública (UAT), Doctor en Comunicación y Periodismo (Universidad de Santiago de Compostela).
Profesor Emérito de la UAT. Líder del Grupo de Investigación “Democracia y Comunicación Política” de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales (Victoria, Tam.,).
Representante en Tamaulipas de la Red Nacional de Investigadores de la Calidad de la Democracia.
Escribe la columna política DESDE ESTA ESQUINA, desde 1984 en El Diario de Cd. Victoria y actualmente en Hoy Tamaulipas.
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