Seia, Portugal,(Notimex).- Con un enfoque no solo medioambiental, sino más abierto, el Menorca Natural Film Festival tendrá su primera edición en julio de 2019 destacando la comunión entre el planeta, el medio ambiente y esta isla española del mediterráneo, anunció su director Denis Delestrac.

En entrevista con Notimex en Seia, donde presentó su filme “El sueño del capitán, una bienal de arte en la Antártida” dentro del Cine Eco Seia que concluyó el día 20 pasado, el multipremiado productor y cineasta francés, pero avecindado en Barcelona, Denis Delestrac, dio avances sobre este nuevo festival.

“El Menorca Natural Film Festival, Festival Natural de Cine de Menorca, empezará el año que viene en 2019 en julio, con una duración de cuatro días, con un enfoque no sólo medio ambiental, sino un poco más abierto y por eso se llama natural”, explicó.

“Se trata de un estilo de vida, ser natural abarca mucho más que sólo el medio ambiente, es una comunión con éste, con el planeta y esta isla de Menorca”, abundó.

Para Delestrac, conocido por crear documentales sobre temas de gran actualidad que han provocado el debate público y han ganado un gran reconocimiento internacional, Menorca es un sitio único en el mundo.

“Es un lugar muy bien preservado, es Reserva de la Biósfera desde hace 25 años y es también el modelo de un modelo de sociedad y desarrollo que puede inspirar a muchos lugares porque, es un lugar donde se hacen las cosas bien”, sostuvo.

Afirmó que Menorca no es víctima del turismo de masas, no es víctima de las burbujas inmobiliarias, y a la vez esa es un lugar donde se puede disfrutar, y aunque también tiene su turismo, “tiene un respeto de la tierra y de la naturaleza que me parece muy inspirador para muchos lugares”.

Por ello, el nuevo Festival Natural de Cine de Menorca tendrá una proyección internacional. ??

El cineasta francés indicó que el reto, con este nuevo festival, es además de entretener, “lo que me parece muy importante”, es presentar películas que no solo hablen a la cabeza de la gente, sino que también puedan tocar el corazón.

“Con una película puedes pasar una hora y media muy agradable, pero también aprendes cosas, te puede abrir los ojos y te pueden dar ganas de hacer algo como crear diferentes hábitos de consumo, hablar de una temática o compartir y esto es una de las claves”, dijo.

Insistió en que además de enseñar películas, además de traer películas a públicos que no las verían si no fuera por los festivales, un festival es como un altavoz también, que se puede oír cada vez más más lejos y que puede tocar las esferas de cambio.

Resaltó que ahora se habla mucho de educar a los niños y pedirles que ellos salven el planeta que la humanidad está destruyendo, “pero también tenemos que ser un sonido constante en el oído de la política internacional, porque esto es una urgencia”.

Es un hecho, acotó, que el debate actual no es si hay un cambio climático o no, “y los que dicen que no lo hay, son gente peligrosa”, por lo que hay que actuar ya.

Delestrac compitió en el Festival Internacional de Cine Ambiental de Serra de la Estrella, en Seia, con “El sueño del capitán, una bienal de arte en la Antártida”, en la sección de Documentales y Reportajes para Televisión.

Al respecto, señaló que esta película nació hace poco más de un año y fue todo bastante rápido pues unas tres semanas antes del viaje a la Antártida, conoció a las personas que organizaban este evento, único, y que se llevaba a cabo por primera vez.

“Les dije, van a traer cien artistas de todo el planeta, los van a meter en un gran barco y los van a llevar a la Antártida para reflexionar a través del arte sobre los grandes retos de la humanidad con el medio ambiente, pero nadie va a ver esto, solo lo vivirán los que estarán en el barco y propuse hacer una película”, manifestó.

El cinesta consideró que en la época actual, en la que se están muriendo los ríos y los mares, desaparecen un promedio de 200 especies al día, se vive la sexta gran extinción de masa, los bosques desaparecen, los animales no tienen lugar ya para vivir y desarrollarse, todo el mundo tiene que estar invitado en el debate.

“No solo nosotros que hacemos películas o los festivales o los políticos o el mundo de la educación, sino que el mundo del arte también tiene que sentarse en la gran mesa y opinar, y dar ideas que pueden ser a veces utópicas, pero que pueden inspirar”, puntualizó.

Opinó que el artista no se rige por protocolos como el científico y tiene toda la libertad del mundo para expresar ideas sin filtros.