El agua: ¿ahora si les importará?
Ya entrado en septiembre y cada día que pasa se incrementa el encono social en torno al tema de la falta de agua. En diversas partes del estado se ha sentido duro la sequía y aun que ya culminó la canícula, la palpable falta de precipitaciones ha generado una situación social difícil. Que quede claro, no solo es en la capital del estado donde pasa esto, la falta de distribución del vital líquido o falta de él se presenta en diversas zonas de Tamaulipas. La cuestión es que es en el centro del estado es en donde se ha dejado sentir mayormente el problema, entre la gente afectada y los medios de comunicación que comentan el tema constantemente. En ambos casos es triste que se maneje mucha información con falta de sustento e inclusive en el caso de diversos medios con una notable perversidad. ¡Ojo! Con esto no estoy diciendo que todo lo que se comenta no sea verídico pero sí que ante una crisis hídrica, muchos aprovechan para diseminar falsos conceptos y/o para inventar cosas que les ayuda vender más o que los lean y/o vean.
Para mucha gente es fácil primero mentar madres y después si es que pasa, tratar de averiguar con hechos factuales el por qué la situación está como está. Esto también es atribuible a la falta de una difusión más efectiva por parte de las instancias que se dedican al tema del agua en los tres niveles gubernamentales. Aunque existe un consenso interno, tristemente se sigue pecando de no solo politizar el tema sino de no unir esfuerzos para poder generar soluciones viables en conjunto. La pelotita se la pasan de unos a otros, se apuntan dedos por doquier, en lugar de anteponer un real interés fuerte por sobre todo lo político-administrativo. En verdad el horno no está para bollos como para continuar cada cual por su vereda sin caminar todos juntos en un solo camino y hacia un mismo destino.
En lo particular desde el año pasado comencé a abordar temáticas sobre el medio ambiente, en especial sobre el agua. En muchas de esas columnas los lectores disminuían considerablemente pareciendo no importarles mucho nuestra realidad de aquel entonces e inclusive actual. Detalles, estadísticas, ejemplos y más son temas que he abordado con la intención de generar una conciencia colectiva así como para dotar de la mayor información posible a los lectores para que pudiesen tener un panorama más claro y amplio sobre los distintos aspectos que influyen en la actual crisis. Desde aquel entonces dejé en claro que para estas alturas del año era muy probable que se viniera una falta de agua considerable y que viviríamos momentos por demás apremiantes; y ahora vean nada más como estamos. No soy ningún clarividente ni nada por estilo, soy alguien que le gusta investigar y que participa en consejos y comités especiales en dichos temas. De hecho recientemente fui nombrado como vocal titular de uso público urbano dentro del Consejo de Cuenca de los Ríos San Fernando-Soto la Marina, aparte de participar activamente en el Comité Técnico de Aguas Subterráneas (COTAS), en donde confluyen desde usuarios del agua, asociaciones civiles, académicos, representantes de los tres órdenes de gobierno, entre otros.
Son espacios muy importantes que fueron creados para buscar soluciones en conjunto y aún así desgraciadamente se sigue notando apatía por parte de muchos, que son los que deberían de estar metidos de lleno tratando de encontrar soluciones para este gran problema. El tema del agua al igual que el del cambio climático y medio ambiente no se deberían de tomar ya a estas alturas tan a la ligera, los ejemplos en el mundo son muy contundentes como para seguir con actitudes pasivas. Si de por sí una mala costumbre en nuestro país es la de empezar a tratar de arreglar los problemas cuando ya la situación es grave en lugar de propiciar una cultura preventiva. Para comenzar a solucionar el problema, no solo es cuestión de invertirle más dinero sino de invertirle más tiempo, esfuerzo, con una gran empatía y fraternidad.
Un gran ejemplo en Ciudad Victoria es La Peñita, fuente memorable de dotación de agua limpia y por años abundante, la cual ahora muestra niveles muy bajos y no la misma calidad de antaño. Lo curioso de dicho ejemplo es que esto no solo es por la falta de lluvias sino que se está viendo que pudiese ser otros factores que estén influyendo, extracción clandestina e incluso se contempla que puede estar agotándose definitivamente. Así es, el problema puede ser ya tan serio como casi irreversible y aunque no fuera así, tendríamos que empezar a pensar en panoramas de este tipo. Esto tiene que dar pie a que se le apueste mayormente a estudios técnicos focalizados, en calidad y cantidad, por parte de especialistas, universidades, etc. Hay muchos fenómenos hídricos que se están dando que antes no se veían, los cuales incluso tienen muy pensativos y reflexivos a expertos en estos temas.
Una dura lección de Dios…
Aquellos creyentes y/o religiosos, empiecen a rezarle más a su respectivo Dios y de ser necesario arrepiéntanse de sus pecados, por qué pareciera que en la capital Tamaulipeca se está presentando un fenómeno atípico que asemeja una lección divina. En semanas pasadas varias veces se ha nublado fuertemente el cielo, con rayos, estruendos, ráfagas de vientos, nubes por demás negras pero nada de agua. Es como estar sumamente sediento en el desierto y ver un oasis pero entre más se acerca uno se da cuenta que solo era un espejismo.
¿Qué manzana prohibida habremos mordido, en qué abominación tipo Sodoma y Gomorra se habrá incurrido, cuál es la razón de este divino castigo?
Jorge Alonso Infante Alarcón
Carrera Licenciado en Relaciones Internacionales.
Maestría en Administración Pública en la U.A.M. Francisco Hernández García (U.A.T.)
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