La democracia que nunca fue…
En muchos de los discursos políticos y/o ámbitos siempre se hace gran referencia a la democracia; que vivimos en un país democrático, procesos democráticos, incentivar y respetar la democracia, etc. Eso puede sonar bien en algún discurso o conversación pero la verdad es que en la práctica muchos de los procesos en política si es que no la mayoría se manejan de mil maneras menos democráticamente. Desde las decisiones o puestos más sencillos hasta las cúpulas que suelen tener un dominio férreo sobre sistemas, partidos, grupos e individuos. Pero más allá de causar asombro pareciera que todos sabemos que eso pasa y se da como un hecho, en lugar de tratar de que el repudio ante tal postura se revierta y el sistema político se reforme para bien.
Mil ejemplos pudiera poner, pero la verdad es que es tan evidente que constantemente en nuestro diario trajinar nos toca ser testigos de tal aseveración, ya sea vía noticias, redes sociales, comentarios o vivirlas. La coherencia en torno al apego a ciertos estándares morales, equitativos y cualitativos con los que una entidad democrática debería de manejarse, simplemente sucumben ante los intereses cupulares y personales. Y sí en efecto, como bien a insistido el ahora presidente electo, se manejan como una mafia del poder. Una de la que ni el mismo se ha salvado ni se salvará, porque de una u otra manera tiene que coexistir con tal sistema o inclusive terminar siendo parte del mismo en ciertos lapsos.
Los dirigentes se manejan más como padrinos mafiosos que como personas que representan dignamente la voluntad de muchos, los intereses van acordé a aquellos que ostentan el poder y muchas veces las decisiones emanadas de tales personajes solo van en beneficio de unos cuantos y en total detrimento de los muchos. Sus capitanes son puestos a conveniencia para poder servir a un sistema que los beneficie y mayoritariamente nunca por méritos propios, su “consiglieri” es la persona que en lugar de asesorarlo bien, le aplaude y lo ayuda a llevar acabo sus acciones.
¿En verdad podemos decir que vivimos en una entidad democrática, que los procesos son transparentes, que en realidad respetan estatutos y se apegan a estándares morales?
Pareciera que la democracia es en la actualidad lo que la sobriedad sería para un alcohólico, con mucha fuerza de voluntad lo lograrás dejar la adicción pero está muy difícil hacerlo. Y menos si desde un principio no se quiere aceptar que el problema no solo existe sino que es muy grande.
Reflexión…
La diferencia entre una democracia y una dictadura consiste en que en la democracia puedes votar antes de obedecer las órdenes.
-Charles Bukowski-
¿Suena familiar…?
Jorge Alonso Infante Alarcón
Carrera Licenciado en Relaciones Internacionales.
Maestría en Administración Pública en la U.A.M. Francisco Hernández García (U.A.T.)
Para que HOYTamaulipas siga ofreciendo información gratuita, te necesitamos. Te elegimos a TI. Contribuye con nosotros. DA CLIC AQUÍ