Esta vez no hablaremos de los desastres que provocan los hombres del poder cuando creen es natural cometer errores pero quienes pagan las facturas de su insensatez es el pueblo.

No, hoy le hablaremos del verdadero poder, del que muchas veces los seres humanos hemos minimizado pero que a final pero que termina cobrándonos las facturas de manera natural.

Todos los días a través de las redes sociales y medios de comunicación nacional e internacional vemos los desastres naturales van en aumento, que la madre naturaleza se está manifestando.

Aunque bueno, también esas manifestaciones son por culpa de la insensatez de los hombres del poder, has sobre explotado la tierra alterando los ciclos naturales que terminan haciendo estragos en la humanidad.

Huracanes, sismos, inundaciones, tornados, incendios, tsunamis se han registran, tan solo en México en los últimos días se ha tenido de todo, mientras los sistemas meteorológicos anuncian las rutas de los huracanes, la madre naturaleza decide cambiarles el rumbo o enviarlos con mayor intensidad.

Tornados en lugares donde nunca se habían registrado, de echo en Tamaulipas ha tenido su probadita, incendios que han terminado con grandes extensiones flora y fauna.

No cabe duda que la naturaleza es impredecible y que nada ni nadie puede decir a ciencia cierta lo que va a ocurrir con los fenómenos naturales.

Y es que aun cuando la naturaleza ha sido demasiado benévola con la humanidad, hasta ahora es inescrutable su comportamiento, más cuando reacciona a la forma inconscientemente en que el hombre se ha dedicado a destruirla, maltratarla, y alterar sus ciclos con el único afán de buscar su grandeza científica, aumentar su economía, o lucrar políticamente.

Como buena madre, perdona y protege hasta donde le sea posible, y además se encarga de proveer bienestar para sus hijos, pero cuando se da cuenta que estos le fallan, le ofenden, y atentan contra ella sin importarles el resto de la humanidad también se enfurece, hace una reprimenda enérgica, y grita de dolor por tanto daño.

Es momento de hacer conciencia, un esfuerzo por no contaminar, fomentar en las nuevas generaciones el amor a la naturaleza, la cultura del cuidado al medio ambiente, mostrarles la grandeza de la madre tierra.

Aún estamos a tiempo, antes de que sea demasiado tarde responsablemente esforcémonos por mantener un equilibrio, la tierra ya no aguanta más tanta contaminación, deforestación y sobre explotación.

Porque aunque se presuma inocente, la realidad es que es el hombre el culpable directa e indirectamente de la mayoría de los desastres naturales.

Rosa Elena González

Es Licenciada en Relaciones Públicas. Ha colaborado con editoriales en El Mercurio.
Actualmente su columna Vida Diaria se publica en el Portal HOYTamaulipas y los periódicos La Verdad de Tamaulipas, Expreso, La Extra, La Voz de Tula, El Tiempo de Mante y Astronoticias, El Bravo de Matamoros y Canal 10