Para este momento ya los mexicanos están debidamente informados del resultado de la elección presidencial. Y ya, también para este momento, se van dibujando las consecuencias del mismo; consecuencias que impactan, por ejemplo, en el sistema pluripartidista. El resultado, prácticamente, le confiere a AMLO la posibilidad de iniciar –tal y como lo dije de manera reiterada- la cuarta transformación social del país: no tendrá, pues, obstáculos para cumplir y hacer cumplir su voluntad, sus ofrecimientos a los mexicanos.

El resultado de la votación es impresionante: AMLO gano en toda la república, a excepción de Guanajuato, entidad que ha sido gobernada por el PAN desde el sexenio de Carlos Salinas de Gortari. Y el voto que recibió fue, tal y como lo pidió, parejo; de ahí los triunfos en gubernaturas, en senadurías y diputaciones federales, y no se diga en los municipios. Da la impresión de que recibió un cheque en blanco.

¿REGRESAMOS AL PRESIDENCIALISMO PRIISTA?

Prácticamente fue un carro completo. Teniendo la mayoría en el Congreso tiene la posibilidad de nombrar a titulares de órganos que son autónomos en su definición; puede, incluso, poco a poco transformar el Poder Judicial. El fiscal anticorrupción, a los magistrados electorales, a los consejeros electorales, del Instituto de la Transparencia. En pocas palabras, puede ejercer un poder público como en los mejores tiempos del PRI.

El mecanismo anterior era muy simple: el Presidente palomeaba a quienes serían senadores y diputados, le debían el favor; así, enviaba sus propuestas, y de inmediato se las aprobaban. Se rompía, entonces, la famosa división de poderes propuesta por Montesquieu: y precisamente, buena parte de quienes han criticado a AMLO, advierten de actitudes y comportamiento autoritario, mesiánicas. Pero, en fin, dicen que para conocer al hombre, hay que darle poder, y el domingo el pueblo mexicano le concedió un enorme poder a AMLO.

¿SERA GOBIERNO SIN OPOSICION?

Vicente Fox rompió al poder priista, les arrebato por primera vez la presidencia de la república; pero no logro tener mayoría, así, aunque quiso gobernar como un priista no lo logro, y no tuvo capacidad para negociar. Lo mismo sucedió con Felipe Calderón, por eso, los gobiernos panistas pasaron sin pena ni gloria. El retorno del PRI, con Enrique Peña Nieto creo expectativas al dar vida al Acuerdo por México; pero todo lo echo a perder por la corrupción e impunidad que impero en su gobierno. Fox, Calderón ni Peña tuvieron mayoría en el Congreso.

Y AMLO si la tiene. Y tiene enfrente a una oposición resquebrajada, destruida, sin cohesión. Por un lado, los priistas ya le hacen reclamos a EPN y piden la democratización interna. ¿Podrá sortear Peña ese vendaval? Y en el caso del PAN, resulta que también ya le piden cuentas a Ricardo Anaya: las traiciones que sirvieron para forjar su candidatura están listas para cobrarle las facturas. PAN y PRI, para reconstruirse y convertirse en una oposición política, en la práctica tienen que resurgir de las cenizas: uno por las múltiples traiciones de Anaya; y el otro, por las imposiciones, arbitrariedades y corrupción de EPN.

¿VOLVEMOS AL PARTIDO PREDOMINANTE?

Ya en las redes sociales, en los memes, se cuenta que MORENA es la nueva versión del PRI. Y es que, los resultados electorales del domingo, mucho nos recuerdan aquellos tiempos en que el PRI se llevaba el carro completo; obvio, el PRI lo lograba por ser parte del poder político, no contaba para nada la oposición política… al resto de los partidos políticos se les etiquetaba como paleros y al PAN como una oposición leal: no reclamaba, no impugnaba.

Con el resultado electoral se presume que varios partidos políticos no alcanzaran el porcentaje requerido para seguir existiendo. Es el 3% y los partidos que, de acuerdo a los votos obtenidos, pueden perder el registro son 5: PRD, PES, MC, PANAL y el Verde. Quedarían, entonces tres fuerzas en orden decreciente: MORENA, PAN y el PRI. Pero estos, por la votación obtenida, ni juntándose (algo difícil) pueden ofrecer resistencia a propuestas del primero. Logo AMLO depurar el sistema de partidos y, al rato, también se va el PT.

¿BIPARTIDISMO O TRIPARTIDISMO?

José López Portillo dio vida a un multipartidismo con su reforma electoral; que nació, como bien dijera Jesús Reyes Heroles, para evitar que despertara el México bronco. Con esta reforma le dio visibilidad a la izquierda con la aparición; por eso, en algunas elecciones, han participado hasta 10 partidos, buena parte de ellos en coaliciones, tal y como hoy sucedió esencialmente en la elección presidencial. Ante la dispersión del voto, lo caro de las elecciones, muchos se preguntan: ¿para qué tantos partidos políticos?, que solo pulverizan al voto. Hoy, MORENA, logro obtener el 50 más el 1, para tener mayoría. ¿Se repondrán, reconfiguran o refundaran los priistas? ¿Los panistas lograran cohesionarse y ser, como dijo Anaya, una puntual oposición?

Melitón Guevara Castillo

Licenciado en Administración Pública (UAT),  Doctor en Comunicación y Periodismo (Universidad de Santiago de Compostela).

Profesor Emérito de la UAT. Líder del Grupo de Investigación “Democracia y Comunicación Política” de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales (Victoria, Tam.,).

Representante en Tamaulipas de la Red Nacional de Investigadores de la Calidad de la Democracia.  

Escribe la columna política DESDE ESTA ESQUINA, desde 1984 en El Diario de Cd. Victoria y actualmente en Hoy Tamaulipas.