El voto: ¿Razonado o parejo?
Terminaron las campañas políticas. Ya vamos a descansar de los adjetivos calificativos que unos y otros se intercambiaban para fustigar a quien no piensa como él, o para aquel que no va a votar igual que él. Termina, pues, el rosario de promesas, como esa de Ricardo Anaya en el estadio Marte R. Gómez de que va a terminar el problema de la inseguridad en Tamaulipas o de las promesas de AMLO de que hará de México un Mundo Feliz o las de Meade, de que nos convertirá en una “superpotencia”.
El próximo domingo, cada uno de los ciudadanos, en actitud responsable, vamos a ir a la casilla y a emitir el nuestro voto; el voto que demanda una democracia para elegir a nuestros gobernantes. Buenos o malos, nosotros elegimos a quienes nos gobiernan. Y si como lo indican las tendencias, tendremos una nueva alternancia en el poder: un partido distinto al PRI y al PAN, una coalición que se presume de izquierda.
¿COMO DEBE SER NUESTRO VOTO?
En términos teóricos el voto debe ser ideológico: es decir, votar por el partido político cuya ideología coincide con la nuestra o con nuestra apreciación de cómo deben ser las cosas. En este caso, durante años, se manifestó un voto duro: los electores que siempre votaban por un partido político que, se entiende, es la base de su militancia. El ejemplo lo daba el PRI: sin embargo con las alternancias en el poder este voto en la práctica ya no existe. El voto verde ya ni siquiera es priista.
En el caso de México, al menos en la presente elección, no puede darse el voto ideológico porque ya se diluyo en las distintas coaliciones que se integraron: en el caso de MORENA, por ejemplo, tiene coalición con el PES, que es un partido que tiene tendencias católicas y algunos principios no concuerdan; es lo mismo que sucede con la coalición que liderea el PAN, que es un partido de derecha, y que se coaligo con el PRD, que es el partido que presume ser de izquierda.
NO SIRVE EL VOTO UTIL.
Cuando Vicente Fox ganó la elección presidencial en el 2000 echó a andar la maquinaria para un voto útil: con tal de sacar al PRI de Los Pinos, pidió a todos los ciudadanos que votaran por él. Ese voto útil, sin ideología, se convirtió en el voto del hartazgo y rechazo social a un partido, en este caso al PRI; y todo parece indicar que en la presente elección, la del domingo, el voto útil que Anaya pidió no se le concederá… porque no fue posible hacer un pacto.
El pacto PRI-PAN que pudo darse no fue posible por la ambición desmedida y las múltiples traiciones de Ricardo Anaya: medio mundo daba por hecho un pacto Peña-Amaya; que se manifestó, de pronto, con los misiles a la campaña de Anaya, con las sentencias de este que “meteré” a la cárcel a Peña y todo, se cuenta, tuvo su origen en que Anaya, Canalla Canallin, en el momento en que éste se puso en manos de Carlos Salinas vía el Jefe Diego. No le perdonaron esa traición a Anaya. Por otra parte, si hacemos cuentas, atendiendo a las encuestas, ni uniendo a Meade y Anaya logran vencer a AMLO.
NO AL VOTO PAREJO.
Quienes están en contra de AMLO, una buena parte intelectuales reconocidos, hacen notar los negativos de éste, reiterando que es un personaje autoritario, impositivo, intolerante y que su careta de honesto es solo eso, una careta, en fin, que representa a un populismo que ya hizo mucho daño en América Latina. Y en momentos, AMLO, les da la razón, como en eso de que él, solo el, va a nombrar a los fiscales anticorrupción, es decir, no serán autónomos, serán juez y parte.
Por eso, el voto no debe ser parejo: para que las Cámaras de Diputados y la de Senadores sean los contrapesos al Ejecutivo, tal y como lo establece la división de poderes. Pero AMLO, en sus mítines, pide el voto parejo, decía, para poder gobernar sin obstáculos, para que los diputados y senadores sean una extensión más del Poder Ejecutivo, tal y como sucedió en la época del todo poderoso PRI. Quiere diputados y senadores que conviertan su voluntad en ley, para hacer y deshacer la Constitución con más y más reformas a modo, tal y como hacia o hizo pues, el PRI: más, pues, de lo mismo, es lo que representa MORENA.
FIN DE LAS IDEOLOGIAS.
Buena parte de los electores, al menos unos en el Facebook otros en las charlas de sobremesa, dan cuenta de que emitirán un voto razonado: no lo harán por una ideología, porque da la impresión que ya no existe en México, lo harán por los personajes: por el que conocen, dicen unos, que es menos peor; otros, aluden que no votaran por uno u otro, precisamente porque lo conocen demasiado, conocen sus debilidades por el presupuesto público y por la ambición desmedida para servirse.
Melitón Guevara Castillo
Licenciado en Administración Pública (UAT), Doctor en Comunicación y Periodismo (Universidad de Santiago de Compostela).
Profesor Emérito de la UAT. Líder del Grupo de Investigación “Democracia y Comunicación Política” de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales (Victoria, Tam.,).
Representante en Tamaulipas de la Red Nacional de Investigadores de la Calidad de la Democracia.
Escribe la columna política DESDE ESTA ESQUINA, desde 1984 en El Diario de Cd. Victoria y actualmente en Hoy Tamaulipas.
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