Menos pobreza, más desigualdad
Hoy día, se presenta un fenómeno mundial y nacional en las economías, que tiene que ver con las frecuentes campañas neoliberales contra la Pobreza extrema y patrimonial, pero que no aminora la creciente andanada de mayor Desigualdad y ampliación de la brecha insultante entre pobres y ricos.
De hecho este es el nuevo reto que enfrentan los gobiernos, que no atinan a entender, que este es el verdadero fenómeno, que da origen a la ola de violencia e inseguridad mundial. Lo determinante hoy es que "El Rico se vuelve más Rico, y el Pobre más Pobre" (Tomás Piketty, 2014).
Para avalar mis dichos con datos duros de INEGI en México, tenemos por ejemplo los resultados arrojados en el año 2016, publicado en Animal Político en septiembre de 2017:
(...) Los hallazgos y la evidencia de la ENIGH 2016 y de la nueva medición de la pobreza de CONEVAL son contundentes y obligan a reflexionar, no a festejar reducciones mínimas.
Hay más pobres que al inicio de la administración de Enrique Peña Nieto. Hay 60 mil personas más en pobreza que hace 4 años. Se redujo entre 2014 y 2016, pero incluso así no se logró revertir el crecimiento que hubo entre 2012 y 2014.
México está entre las 15 economías más fuertes del mundo, pero paradójicamente tiene la mitad de su población sobreviviendo con ingreso insuficiente para lo más básico (50.6 % de la población con ingreso inferior a la línea de bienestar, lo que equivale a 62 millones de personas).
La desigualdad, que cada vez nos divide más, ha crecido: los 3.5 millones de hogares más pobres reciben un ingreso menor a $ 92 diarios, para una familia de 4 personas o más. Son $ 2,722 al mes. Mientras que los 3.5 millones de hogares más ricos reciben ingresos por casi $ 2 mil pesos al día. Son $ 56,285 pesos por día, para familias de 3 personas.
Ante la brutalidad de estos datos resultan inaceptables las medidas cosméticas que lo único que pretenden es maquillar la realidad. Si el combate a la pobreza y la desigualdad avanzara a golpe de ceremonias oficiales y discursos presidenciales, iríamos por buen camino.
Ahora bien, de acuerdo a Valeria Moy, de la ONG "México Como Vamos", afirma en agosto de 2017 que:
(...) En desigualdad, la brecha es mayor de lo que los datos de la ENIGH revelan. Si usamos los datos por perceptor por decil, el primer decil recibe un ingreso de 37 pesos diarios y el más alto 766. El decil I cabe 20.7 veces en el decil X. Pero al usar información fiscal y de cuentas nacionales, la diferencia se hace más amplia. La razón entre los ingresos del último decil y el primero alcanza 57 veces.(1) La distancia es más amplia.
Esa enorme desigualdad de ingresos refleja la desigualdad de oportunidades que tienen los mexicanos. No habrá manera de combatir la pobreza ni la diferencia en los recursos de la población si no resolvemos el problema de fondo. Somos menos pobres de lo que decimos, pero profundamente más desiguales (...)
Podemos concluir las propuestas hechas por Animal Politico:
(...) Se deben establecer modelos incluyentes y que reduzcan brechas de desigualdad. Algunas propuestas para empezar a construir este nuevo modelo son:
Erradicar políticas que generan pobreza. Por ejemplo, las de CONASAMI. Recuperación gradual del salario mínimo para que sea suficiente. El salario mínimo debe para cubrir el costo de la canasta básica para una persona antes de terminar 2018 (Al menos $ 100.00)
Eliminar discrecionalidad y clientelismo en los programas. Crear el Registro Ciudadano con enfoque de derechos e inclusión social, que funcione como Padrón único, obligatorio para los tres órdenes de gobierno, en la asignación de transferencias y apoyos a hogares y personas.
Garantizar acceso efectivo a la salud. Garantizar la transparencia y eficiencia en los recursos del “seguro popular” y asegurar el acceso efectivo a consultas, medicamentos y tratamientos para todas las personas afiliados y avanzar en afiliación hasta lograr la cobertura universal de salud.
Reducir drásticamente los programas regresivos del campo y asignar más recursos para programas destinados a pequeños productores, especialmente indígenas y campesinos, con mecanismos de capital de riesgo, fomento al asociacionismo y en general a la economía social y la propiedad colectiva de empresas integradoras.
Eliminar los programas duplicados y paternalistas y crear un sistema universal de protección social. Integrar un fondo para crear un sistema universal de protección social que establezca una pensión garantizada para adultos mayores y para personas con discapacidad o incapacidad para trabajar, así como servicios de cuidado y acceso universal a la salud.
Jorge Alfredo Lera Mejía
Tampiqueño, Economista (ITAM), LAE, Maestro en Economía y Doctor en Administración Pública (UAT).
Asociado del INAP, Subsecretario del Exterior de la Federación del Colegio Nacional de Economistas y Vicepresidente zona noreste de la LER. Inicia su carrera en 1977 y ha desempeñado diversos cargos en la Administración Pública Federal, en Michoacán y en Tamaulipas.
Catedrático en la UNAM, ITAM, ULSA y actualmente profesor-investigador por la UAT e Instructor de la Auditoría Superior de la Federación.
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