El pasado sábado, la alcaldesa Maki Esther Ortiz Domínguez, se llevó a un nutrido grupo de funcionarios y regidores a la boda de su colaboradora, la ex alcaldesa de Mainero, Lázara Nelly González Aguilar, quien contrajo nupcias en ese municipio.

Funcionarios y regidores del ayuntamiento alistaron todo y “vámonos pa’ la boda”. El problema fue que, al llegar al municipio de Montemorelos, en Nuevo León, la tierra que gobierna El Bronco, fue tanta la sospecha que levantó la caravana nupcial reynosense que se registró una fuerte movilización de unidades de seguridad cuando la describieron como “un grupo de camionetas blindadas con presuntos hombres armados”. Este reporte alertó a la policía de los municipios de General Terán y Montemorelos, donde finalmente fueron detenidos.

La Secretaría de Seguridad Pública de Montemorelos informó que atendieron el reporte sobre estas camionetas blindadas con placas de Tamaulipas, con gente armada a bordo, circulando por la carretera a General Terán y con dirección a Montemorelos.

Señalaron que al observar dichos vehículos en avenida Capellanía fueron detenidas y dialogaron con Ismael Treviño Guerrero, quién está a cargo de la seguridad y como escolta de la presidenta municipal de Reynosa, Maki Esther Ortiz Domínguez.

Al ser increpados, dijeron qué se dirigían a una boda al municipio de Mainero en Tamaulipas y que este lunes por la mañana retornaban de nueva cuenta a Reynosa, pasando por los municipios de Hualahuises, Montemorelos, General Terán, China y Bravo hasta llegar a su destino en Tamaulipas.

Los vehículos blindados eran dos camionetas Tahoe, color blancas, con placas de circulación XXG-1526 del estado de Tamaulipas, una, y la otra con placas de circulación XLL-4784. Asimismo, en la caravana también se encontraba una camioneta Nissan Urban, con placas de circulación XLW-8455.

De acuerdo con el reporte, los logos del Ayuntamiento de Reynosa fueron cubiertos para que no fueran observados al momento que se desplazaban por el Estado de Nuevo León, lo que genero desconcierto y temor entre la gente que observó la caravana nupcial y ello derivó en una denuncia ante las autoridades neoleonesas.

Las autoridades de seguridad pública quienes detuvieron las unidades oficiales de Reynosa al verificar cada uno de los vehículos dieron paso para que continuarán con su marcha hacia el municipio de Mainero, a donde dijeron que se dirigían.

Y las preguntas que nos quedan después de haberle contado esta crónica de una boda reynosense en Mainero, son las siguientes: ¿Por qué para su uso personal la administración de Maky Esther Ortiz Domínguez utiliza los vehículos del Ayuntamiento? ¿Quién pagó la gasolina, los consumos y los gastos de todos los regidores, funcionarios y empleados que asistieron a la boda de Lazara Nelly González en Mainero? ¿Por qué en lugar de taparle los logotipos a los vehículos no se fueron en vehículos particulares? ¿Por qué llevar personal de seguridad armado a un evento privado? Lo anterior deja entrever que la alcaldesa fue custodiada por gente armada por dos posibles razones: seguridad o temor.

Adicional, es una vergüenza que la ciudad esté destrozada, los vecinos bloqueando las entradas a COMAPA por más de seis meses de oler, caminar y vivir entre olores fétidos en varias colonias de Reynosa y, despilfarrar los dineros en viajes frívolos para ella y sus muchachos me parece una ofenda para el ciudadano. ¿Y así quiere reelegirse? Asimismo, lo que me parece irresponsable es que la señora esté abusando de los recursos públicos y no los propios.

Maki se ve mal, muy mal, por qué mientras las autoridades municipales se divierten y bailan al ritmo de las notas de “Despacito” en Mainero, Reynosa está inundada y no se ven Vactors, cuadrillas de desazolve ni deseos de servir y apoyar a las familias y sectores afectados. No hay apoyo por ningún lado. ¿Negligencia? ¿Apatía? ¿Testarudez? ¿Valemadrismo? Podría ser.

Pero lo más grave es que mientras una alcaldesa con perfil de dizque profesional de la salud gobierna la ciudad, está a punto de estallar un problema de salud pública grave, que mezcla varios problemas: zika, dengue, chicungunya, enfermedades de la piel, hongos, conjuntivitis y todo el cocktail que se pueda usted imaginar, derivado de que Maki está más ocupada en autos, moda, rock and roll y campaña, que en servir a la sociedad que la llevó al poder.

PD.1. No es que uno quiera pensar mal, pero le comento que con fecha 7 de marzo del presente año, la Directora de Comunicación Social del Ayuntamiento de Reynosa, Yenni Gandiaga Salas, firmó el oficio 011/CCS/2018, en respuesta al recibido con número IMTAI/077/2018, bajo el folio 00147218, y en donde entera a Carlos Dávila González, presidente del Instituto de Transparencia de Reynosa, del estado de los convenios que tiene establecidos el Ayuntamiento con los medios de comunicación locales.

Más allá de que se pague mucho o se pague poco, que esa es otra historia, le comento que la señora directora está violentando la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos, ya que al mismo tiempo en que Gandiaga Salas es funcionaria municipal, es también proveedora del Ayuntamiento de Reynosa, lo que amerita una fuerte sanción que podría llegar incluso al cese de sus actividades en el municipio. Y es que, Gandiaga Salas, percibe además de su salario y su compensación, dos convenios del erario municipal: el primero, por $6,960.00 pesos y el segundo por $11,600.00.

Insisto, el problema de esta administración municipal es que han sido tan torpes que cometen actos violatorios de la ley tan obvios como engrandecer el conflicto de interés de los servidores públicos. Si alguien verdaderamente molesto acude a las instancias correspondientes a denunciar esta violación a la Ley, seguramente la alcaldesa tendría, nuevamente, que cambiar de responsable de prensa.

Gracias por recibirnos. Sus comentarios son bien recibidos en nuestro correo electrónico hipódromo.politico@gmail.com. Y también estamos en twitter @carlos_cortesg.