Después de la visita de José Antonio Meade a Victoria han circulado buena cantidad de imágenes en las redes sociales. Cabe destacar, cuando menos, a dos tipos de esas imágenes: 1) las que se tomaron los políticos y, más rápido que un correcaminos, las compartieron en las redes sociales; entre ellos Edgar Melhem como Alejandro Guevara, Florentino Sáenz, entre otros; 2) Las imágenes del evento, que muestran a hombres y mujeres, medio aburridos, cansados, abúlicos.

En realidad un partido político no se puede concebir sin la participación de los ciudadanos. Se integra, nos dice la teoría, con ciudadanos que tienen un punto de convergencia: las ideas e intereses. La realidad es bien distinta: en cada partido político esta enquistada una burocracia partidista, un grupo, que hace un deshace con los puestos de dirección o con la asignación de candidaturas. Se han olvidado de la militancia.

A LA RA, RA, RA…

Mi generación solo conoció, durante muchos años, a un partido político, el PRI; y observar al interior, hacer un recuento de hechos, en la memoria aparecen imágenes de 4 tipos de ciudadanos militantes: 1) Los que son líderes y candidatos, que poco se juntan con la chusma; 2) los llamados operadores, que según la imagen creada vendían candidaturas; 3) Los activistas que en uno y otro lugar pegaban la propaganda; y, 4) el gran contingente, para unos acarreados, que eran parte de los grandes eventos, las concentraciones.

La cuestión es que, por años, se dijo que mujeres y jóvenes eran usados solo como activistas o para llenar las plazas; pero, entre ellos, ni para cuando que sacaran a candidatos o a líderes partidistas. Que los candidatos siempre eran los mismos: los de la cúpula. Así, por esa operación, la ciudadanía, la militancia quedaba postergada de la oportunidad de posiciones de representación política. Y se vio, en el evento de Meade: unos, los cercanos a los líderes, gritaban, coreaban; pero otros, los acarreados, mostraban cansancio, indiferencia.

MANIPULACION CIUDADANA.

Quiero comentar solo dos eventos de manipulación ciudadana por parte de los partidos políticos: 1) La afiliación corporativa o forzada; y, 2) El manejo inescrupuloso de listas de “promovidos”. La primera, por ejemplo, fue la afiliación de los burócratas, forzada; que con la alternancia se vieron estigmatizados y buena parte hasta fueron despedidos por ser “priista”. Incluso, hasta les cerraron puertas: no pueden ser contratados por el INE, precisamente por su afiliación partidista.

En una elección, uno de mis contactos del Facebook, hizo notar que había recibido más de 10 llamadas para que no se olvidara votar por el candidato de su partido. Apareció, como interacción, una respuesta: cada llamada corresponde a una lista de promovidos. Explico: hay lugares con ese fin, llamar a los promovidos para que no se les olvide ir a votar. La cuestión es que, a fin de cuentas, esas famosas listas de promovidos son un engaño, las llenan para cumplir y nada más.

LIDERES SIN IDEOLOGIA.

Los partidos políticos tienen una ideología y, en teoría, esa ideología es el instrumento para integrar a los ciudadanos. Sin embargo, si observamos los hechos en el escenario político, nos damos cuenta de algo indiscutible: los políticos no tienen ideología, solo tienen intereses vinculados con el poder político. Así, brincan de un partido a otro, como el senador Lozano, panista, que se fue al PRI o la senadora Cuevas, panista, que se fue con MORENA.

Sin ideología en la política, o en una elección, solo queda lo útil, pragmático: eso conlleva, obvio, un demerito para los partidos políticos. Y hoy en día estamos viendo esas circunstancias: PAN y PRD, por decisión de sus líderes, forman una coalición, dicen que ya se juntan el agua y el aceite. Igual sucede entre MORENA y el PES: se olvidan de principios partidistas con tal de obtener más y más poder político.

ANARQUIA POLITICA.

La política, el ejercicio del poder, no se rige por principios o norma, cuando menos en México: gobiernan, como dice AMLO, una mafia de poder, cuya única ideología es el dinero. Y la alternancia que, puede hacer realidad, tiene una norma: quitar a los que están, para ponerse otros, es así, si observamos a quienes rodean a AMLO: dejaron a sus partidos porque ven, tienen la certeza, que con él esta la única posibilidad de no quedarse sin poder: para no cometer el error de vivir fuera del presupuesto.

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Melitón Guevara Castillo

Licenciado en Administración Pública (UAT),  Doctor en Comunicación y Periodismo (Universidad de Santiago de Compostela).

Profesor Emérito de la UAT. Líder del Grupo de Investigación “Democracia y Comunicación Política” de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales (Victoria, Tam.,).

Representante en Tamaulipas de la Red Nacional de Investigadores de la Calidad de la Democracia.  

Escribe la columna política DESDE ESTA ESQUINA, desde 1984 en El Diario de Cd. Victoria y actualmente en Hoy Tamaulipas.