Las veces que intenté encontrar una respuesta por internet, el buscador me dio vagas respuestas de lo que hubiera esperado; en cambio me dio información sobre libros de Marketing o publicidad. No hubo un concepto como tal; sin embargo, me gusta el título, luego de haberlo escuchado por un camarada en una amena conversación precisamente de libros.

Al mismo tiempo yo andaba buscando el nombre para un proyecto, de tal manera que sin querer se dieron las cosas. La intención de asesorar a vendedores, profesionistas, incluyendo a estudiantes universitarios, es para que tengan otra perspectiva acerca del uso que se le puede dar al libro; quitarnos de la mente los paradigmas que se conocen en relación al concepto de un libro, o a los límites del mismo.

En relación a esto, no hace mucho tiempo saludé en su casa a mi amigo Norberto; al calor de la conversación me obsequió un libro de su autoría. Tal situación provocó un especial entusiasmo en mí, al grado de pedirle que me autografiara la obra. El autor abordó el tema relacionado con la educación superior. A través del contenido me di cuenta que Norberto se había llevado años en crearlo.

Posteriormente, a manera de intercambio, le  regalé un ejemplar de mi tercer libro el cual  contiene temas entre otros, de desarrollo personal. Cierto día por la mañana, en un café, platiqué con Astolfo, un periodista local, quien tenía un interés especial por el tema de la publicación.

La intención de Astolfo parecía haberse quedado trunca debido a un problema existente. Días antes, un colega le informó que de dos libros que había publicado por una cuantiosa cantidad de dinero, tan sólo había recuperado la mínima inversión del siete por ciento.

Como reza el dicho “el gusto se rompe en géneros”, con esto quiero decir que dependiendo del tema, o del mercado, es como puede moverse el libro. De quedarse con ellos en una bodega, a venderlos como un producto “de puerta en puerta”, pues es mejor de puerta en puerta, de ésta manera le he hecho yo.

Cuando nos quedamos con  una insatisfacción por un comentario, lo primero que debemos hacer es investigar. ¿Realmente es cierto que se invierte mucho en la publicación de un libro? En este sentido, de acuerdo con nuestra experiencia, podemos afirmar que no es gran cosa la inversión.

Ello, sin considerar a una editorial. Es decir, hacerlo de manera independiente. Ahora, ¿para qué nos puede servir un libro publicitario?, le podemos llamar libro de publicidad y creo que, aparentemente, todo está dicho con este título. Es justamente la idea que deseo transmitir.

Hoy en día, no es que la gente haya dejado de leer, hay quienes se empeñan en decir que simplemente la gente ya no lee; habemos quienes no estamos seguros de eso, en cambio si podemos suponer que hace falta cultura en este aspecto. Se me ocurre decir que todo tiene un proceso.

Por ejemplo, si tan sólo nos enseñaran a manera de un curso-taller cómo estructurar un libro, aún más que eso, que utilidad representa un libro, creo que sería una excelente manera de conseguir como una meta a corto plazo, que la gente, estudiantes universitarios principalmente, puedan tener otra perspectiva para presentar de manera diferente el curriculum vitae, una carta de presentación, o sencillamente que se atrevan a contar su vida a través de imágenes, frases, o pensamientos.

El libro publicitario debe ser práctico y sencillo de armar, sirve en el mejor de los casos para difusión o mejorar las Relaciones Públicas. Y créelo, publicar ahora, es cuestión de información. ¡Hasta pronto!.

Correo electrónico: saritahdz73@ hotmail.com

Ricardo Hernández Hernández
Poeta y columnista

Colaborador del portal:” Hoy Tamaulipas” hasta la fecha.
Actualmente estoy cursando un “Diplomado en Creación literaria” en la Biblioteca del Centro Cultural Tamaulipas, con el maestro José Luis Velarde.