Nada nuevo bajo el sol
El actual clima antiinmigrante que se percibe en amplios sectores de la sociedad estadounidense no es nada nuevo. Sin embargo, este tipo de retórica y acciones tan hostiles y abiertamente enfocadas en grupos específicos de gente hace tiempo que no provenían de un presidente estadounidense. El discurso de Donald Trump es tan incendiario que Amnistía Internacional recientemente advirtió, en su reporte sobre derechos humanos, que representa un peligro para el mundo, ya que convierte en “chivos expiatorios y deshumaniza a grupos enteros de personas”.
Miguel Mariano Alatorre afirma en un artículo: En mi opinión, el muro de Trump cumplirá dos funciones principales. Una será intentar desalentar el flujo de inmigrantes sin documentos al forzarlos a tomar rutas más complicadas y al mismo tiempo elevar los costos económicos para cruzar. Pero más importante que eso será el erigir estructuras simbólicas en puntos estratégicos de la frontera para consumo interno. Nada nuevo bajo el sol, esto será una repetición (probablemente en mayor escala) de acciones emprendidas desde hace dos décadas.
La decisión de construir un muro a lo largo de la frontera en este momento es contenciosa por al menos tres razones (además de las humanitarias): Una es que el muro ya existente que se construyó en los 90’s no detuvo realmente la migración ilegal, de hecho, es posterior a la construcción del muro que los intentos de cruce alcanzan máximos históricos. Segundo es que precisamente durante los últimos diez años ha estado en constante disminución la cantidad de inmigrantes que intentan llegar a los EEUU. En 2015 se registró el menor número de retornados “voluntarios” en la frontera sur desde 1968. Y tercero, es que costará mucho, mucho dinero, hasta 20 mil millones de dólares de acuerdo a algunas estimaciones.
Los retornos voluntarios son registros de personas que han sido detenidas por autoridades estadounidenses en algún punto de la frontera o cerca de ella y regresados a su país de origen sin haber sido oficialmente deportados. El muro de DT será solamente parte de la historia. Nueva legislación en materia migratoria tiene el potencial de afectar de manera más profunda a mucha más gente que una barrera física. Hiroshi Motomura (2011) recuerda que la legislación migratoria ha tenido tintes discriminatorios con base en prejuicios raciales, étnicos o de género desde los albores de los Estados Unidos como nación.
Un ejemplo es la primera ley de inmigración de la joven nación independiente, la cual establecía en 1790 que la ciudadanía por naturalización únicamente podía ser otorgada a personas blancas libres y de buen carácter moral. En 1882 se promulgó la Chinese Exclusion Act (Ley de Exclusión de Chinos), una de las leyes más restrictivas y abiertamente racistas en la historia de los Estados Unidos, que tenía como intención explícita eliminar la inmigración de un grupo étnico específico. Y durante la Segunda Guerra Mundial, más de 110,000 inmigrantes de origen japonés incluyendo 70,000 con ciudadanía estadounidense (Zolberg, 2006:298) fueron reubicados en campos de internamiento.
A pesar de los ejemplos anteriores, hasta mediados del siglo XX la mayoría de inmigrantes provenían no de Asia, África o América Latina, sino de Europa. Es decir, realmente es a partir de 1965 con la modificación de la Ley de Inmigración y Nacionalidad (INA) por sus siglas en inglés) que la composición de la población inmigrante comienza a cambiar de una mayoría de origen europeo a una proveniente de América Latina y Asia. Antes de 1965 la mayor proporción de inmigrantes eran de origen europeo debido en parte al sistema de cuotas que regía la política migratoria desde los años 20. (Higham, 2002).
El texto, publicado en wordpress.com, agrega: Lo anterior no significa que los inmigrantes europeos que llegaron durante el siglo XIX o durante la primera mitad del XX no hayan experimentado discriminación por parte de la población blanca nativa. Los italianos, por ejemplo, eran “despreciados” (Alba, 1985:136) por los nativos blancos cuando aquellos comenzaron a arribar en grandes cantidades durante el periodo anteriormente mencionado, particularmente entre 1890 y 1910. Los ejemplos desafortunadamente abundan, alemanes (sobre todo durante las dos guerras mundiales), irlandeses (por ser católicos), judíos, musulmanes, etcétera.
Regresando a épocas más recientes, es en 1993 y 1994 que comienza la militarización de la frontera bajo las órdenes de William Clinton con las iniciativas “Hold the Line” y “Gatekeeper” (también conocida como operación Guardián). Realmente es durante la presidencia de WC que se erige el muro que muchos en Tijuana conocemos y que posteriormente se fue expandiendo (Secure Fence Act de 2006). Por otra parte, desde 1996 (con la promulgación de la Illegal Immigration Reform and Immigrant Responsibility Act) las leyes migratorias han limitado los caminos hacia la regularización migratoria al mismo tiempo que han incrementado el universo de inmigrantes irregulares. Similar a lo que sucede en la actualidad, hace 20 años se vivía en algunos sectores de la población de los EEUU, un tenso clima político respecto de la migración, o como diría Nicholas De Génova (2004:176) de “nativismo intensificado y racismo antiinmigrante”.
DT no tardó ni siete días en su nuevo puesto para emitir una serie de órdenes ejecutivas que sientan el tono de lo que será su política migratoria durante su mandato. A grandes rasgos, establece que todas aquellas personas que son deportables (sin autorización para permanecer en los EEUU) sean deportadas. Esto contrasta con políticas de la época de Barack Obama, en donde la atención se enfocaba en inmigrantes con antecedentes criminales. Para ser justo, no es la primera vez que se tiene la intención por parte del gobierno estadounidense de deportar a una población entera. Este honor le corresponde a Operación Endgame del año 2003. Como su nombre lo indica, tenía un objetivo claro y ese era el de establecer el final del juego a los inmigrantes indocumentados. Su meta principal consistía en “deportar a todos los inmigrantes deportables”, en efecto, esa era la “medida de oro” con la cual se regía el gobierno del presidente George Bush (II).
¿Cuántas personas corren el riesgo de ser deportadas por el gobierno de DT? Bueno, de entrada, sabemos que un ciudadano estadounidense no puede ser deportado de su país, así que consideraremos únicamente a la población inmigrante, es decir, aquellas personas que no nacieron en los EEUU (o alguno de sus territorios o posesiones). En 2015 había en EEUU más de 46 millones de inmigrantes, por mucho la mayor población inmigrante en cualquier país del mundo. De esa población, poco menos de la mitad se han naturalizado ciudadanos estadounidenses, lo que significa que esas personas no pueden ser deportadas. La otra mitad, aproximadamente 22.5 millones de personas, está conformada por inmigrantes sin ciudadanía. En este grupo se incluyen personas con visas de todo tipo (incluyendo residentes legales permanentes), así como aquellas personas que no tienen documentos migratorios en regla.
Al momento de expirar no es seguro que será renovada, y también puede ser cancelada por el gobierno (si este así lo considera necesario) en cualquier momento. Inclusive las personas que tienen residencia legal permanente (green card) no están exentas de riesgo mientras tanto no obtengan la ciudadanía. Finalmente, del total de inmigrantes que no tienen ciudadanía, se estima que más de 11 millones se encuentran de manera indocumentada (seis millones son mexicanos). Esta es la población de inmigrantes más vulnerable.
En relación con los inmigrantes indocumentados que no poseen un estatus migratorio legal para residir o ingresar al país, debemos tener presente que la ilegalidad migratoria es enteramente un constructo social y legal fundamentado en leyes que han sido legisladas conforme a los intereses nacionales de los EEUU, y consecuentemente “reforzadas por la cultura popular” (Johnson, 1997). Es decir, las leyes de inmigración no solamente definen los requisitos de la legalidad y de quien es el inmigrante legal, sino que por definición determinan quien no lo es. Los requisitos para migrar de manera documentada a EEUU, para obtención de ciudadanía, inclusive para determinar quién es deportable o no, han cambiado con el tiempo y continuarán cambiando.
Estos cambios en materia migratoria ya están en marcha, y dejan muy en claro que el discurso de campaña de DT no se quedó en eso, en discurso, sino que se está materializando en política. En cinco semanas que llevaba en la presidencia ordenó la construcción (ampliación) del muro con México; emitió acciones ejecutivas para limitar la migración de personas provenientes de países predominantemente musulmanes; restringió severamente el Programa de Admisiones a Refugiados.
Ha ordenado el reclutamiento de miles de nuevos oficiales para las agencias de Inmigración y Control de Aduanas y Protección Fronteriza (ICE, CBP); anunció la creación de una agencia del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) para atender a víctimas de crímenes cometidos por inmigrantes. Y prácticamente ha sentado las bases legales para la posible deportación de todo inmigrante sin documentos. Con la llegada del empresario DT a la Casa Blanca los cambios en política migratoria no presagian nada bueno para los millones de inmigrantes y sus familias que están establecidos en el país.
Pocos días antes de la toma de posesión de DT, en el este de Los Ángeles, un señor nacido en México y que tiene desde mediados de los 70’s viviendo en la ciudad, que se naturalizó ciudadano desde hace años y todos sus hijos son nacidos allá, decía que en la comunidad se percibe una fuerte intranquilidad por parte de los vecinos, sobre todo aquellos que tienen familiares sin documentos. Hablaba de que había visto en semanas recientes “caravanas enteras de familias” que empacaban sus cosas y se marchaban rumbo a México. Cierto o no, aún es prematuro para saber si habrá algún incremento notable en el retorno de mexicanos como consecuencia de la actual situación en aquel país.
Semanas después algunos empleados del consulado mexicano en Detroit, Michigan, lejos de Los Ángeles y California, en donde la población de inmigrantes hispanos es muy superior a cualquier otra entidad del país, la intranquilidad entre los inmigrantes parece ser aún mayor, comentaban que están atendiendo a mucha más gente de lo habitual. Muchísimos connacionales están acudiendo al consulado debido a la incertidumbre de lo que sucede. Algunas de las acciones preventivas que los inmigrantes están tomando son la obtención de actas de nacimiento mexicanas para sus niños nacidos en EEUU.
De esta manera tienen comprobante de la doble nacionalidad en dado caso de que la familia se vea obligada a salir del país como consecuencia de la deportación de uno de los miembros. También se sabe de inmigrantes indocumentados que inclusive han transferido la propiedad de casas o negocios a sus hijos estadounidenses debido al temor de enfrentar una deportación. En tono de broma otros dicen que preferirían quemar su casa antes de dejársela a los güeros. Estos testimonios y otros indican a que existe una creciente ansiedad generalizada en amplias comunidades de inmigrantes.
Aunque los inmigrantes latinoamericanos han sido el grupo principal de atención de la política migratoria estadounidense en las últimas décadas, el inmigrante como tal (independientemente de su origen) ha sido históricamente blanco fácil al momento de buscar respuestas sencillas a problemas complejos de la sociedad norteamericana. Probablemente el mayor daño de la presidencia de DT ya está hecho. Y ese es el de haber reavivado en un amplio sector de la población estadounidense el fuego de la xenofobia, racismo, misoginia e intolerancia. De manera todavía más preocupante es que no sea así, quizá lo peor para los millones de inmigrantes en Estados Unidos aún está por venir, en forma de leyes e iniciativas que denigran y criminalizan a poblaciones enteras.
Por su parte, elnuevoherald.com, reportó a fines del año anterior: En momentos que se reducen significativamente las perspectivas para lograr un acuerdo este año que impida la deportación de los jóvenes inmigrantes beneficiarios del programa DACA, grupos de defensores están planeando una ofensiva para colocar el tema otra vez entre las prioridades en Washington. Los activistas consideran la ofensiva de diciembre como su última y mejor oportunidad para proteger de la deportación a unos 800,000 inmigrantes jóvenes protegidos por el DACA, un programa de la época del presidente BO. Pero enfrentan un reto difícil, en momentos que la Casa Blanca estaba concentrada en la reforma tributaria y el Congreso se muestra renuente a tomar medidas rápidas para salvar el programa.
A propósito, el 28 de noviembre líderes nacionales y locales se reunirían en Miami para apoyar a los beneficiarios del DACA y discutir una reforma integral de la inmigración en la primera actividad del Fondo de IMPAC (Immigration Partnership and Coalition). Esta conversación bipartidista incluye a líderes empresariales, funcionarios electos, líderes religiosos, abogados y personas preocupadas que desean encontrar soluciones, no generar retórica divisiva. Calificándolo de ilegal, el gobierno federal anunció en septiembre el fin del DACA tras un período de gracia de seis meses para dar al Congreso tiempo para que se encuentre una solución legislativa para los llamados dreamers, personas que llegaron al país con sus padres cuando eran niños y que es el único país que han conocido.
Se impulsan varias iniciativas a beneficio de los dreamers, con caravanas que llegaron a Washington. Los activistas organizan mítines frente a la Casa Blanca, sentados en el Capitolio y otros posibles actos de desobediencia civil. “La gente está haciendo todo lo que puede porque ven que es un momento crucial”, dijo Jeremy Robbins, director ejecutivo de Partnership for a New American Economy, una organización que trabaja con republicanos y demócratas que apoyan la protección a los beneficiarios del DACA. La comunidad empresarial estableció un “salón de guerra” el 6 de diciembre dentro del Capitolio, donde partidarios republicanos y demócratas pudieron realizar entrevistas por satélite con la prensa.
El salón tenía monitores de video con mapas interactivos de los 435 distritos congresuales e imágenes en vivo de mítines coordinados en docenas de grandes ciudades del país, como Miami, Raleigh, Sacramento, Kansas City y Boise, entre otras. Senadores republicanos como Thom Tillis, de Carolina del Norte, y Lindsey Graham, de Carolina del Sur, quienes han presentado proyectos de ley para proteger a los dreamers, han grabado videos en apoyo a esta iniciativa. La Partnership for a New American Economy también planea lanzar una serie de anuncios digitales a nivel nacional para atraer la atención al esfuerzo para apoyar a los dreamers. Pero la iniciativa enfrenta obstáculos significativos.
La Casa Blanca está centrada en un nuevo código y dejó entrever que sus prioridades no incluirán el DACA hasta que la frontera esté controlada. “El presidente ha dejado en claro que cualquier reforma de la inmigración debe tener en cuenta primero a los ciudadanos y trabajadores estadounidenses. Sus prioridades son asegurar la frontera con un muro, cerrar los vacíos jurídicos que permiten la entrada ilegal de extranjeros, hacer cumplir la ley dentro del país y controlar a los que se quedan después que sus visas vencen, así como poner fin a la migración en cadena”, dijo Hogan Gidley, subsecretario de Prensa. Aunque algunos beneficiarios del DACA recibieron más prórrogas, aquellos cuya protección vence después del 5 de marzo, perderán el permiso de trabajo.
Pero incluso los demócratas reconocen que ayudar a los dreamers no está en sus principales prioridades en este momento. Ahora mismo, las negociaciones con los republicanos se centran en los nuevos límites del presupuesto, un precursor necesario de un nuevo acuerdo de gastos. Los representantes republicanos han decidido dejar el asunto para el 2018. Sus principales prioridades son la reforma tributaria y la asistencia por desastres para financiar la recuperación por los huracanes en Texas, Florida y Puerto Rico, y de los incendios en California. Esos republicanos saben que los demócratas van a tratar de conseguir que se incluya el DACA en un paquete de medidas legislativas a debatirse a fin de año.
El representante Joe Barton, republicano por Texas dijo por un webcast a la Cámara de Comercio de Dallas que prefería abordar el tema en diciembre, pero debido al proyecto de ley tributario eso era poco probable. Esas actitudes han provocado preocupación entre los defensores de los dreamers. “Han pasado dos meses y me entristece reportar que estamos más lejos de una solución ahora que entonces”, dijo Neil Bradley, de la Cámara de Comercio de Estados Unidos. Los estrategas políticos que trabajan con los republicanos observan señales de que el Partido Republicano entiende las consecuencias políticas de no solucionar este tema pronto.
Anteriormente más de una docena de republicanos exhortaron al liderazgo a ofrecer una solución legislativa este año. Un estratega que trabaja con los republicanos en materia de inmigración dijo que, si el partido no logra aprobar una solución al tema del DACA, sus miembros enfrentan el riesgo de ser objeto de anuncios políticos que señalen que apoyaron proyectos de ley de gastos que incluían dinero para financiar el cumplimiento de normas de inmigración para deportar a los dreamers. “Así me lo describió un legislador”, dijo el estratega.
‘Habrá 300,000 beneficiarios del DACA que perderán sus beneficios antes de las elecciones de medio período. No sé si la prensa escribirá sobre 75 o 7,500 [dreamers] en mi distrito. Pero yo voy a tener que responder a todos y cada uno de los que votaron por mí por aprobar dinero que pudiera usarse para deportar a estas personas’ . El estratega, quien también ha hablado con funcionarios de la Casa Blanca, agregó que el gobierno en privado se muestra partidario de un acuerdo para proteger a los dreamers junto con una mayor seguridad en la frontera y probablemente acepte cualquier acuerdo que el Congreso ofrezca. Es una forma en que DT puede decir que logró algo que el ex presidente BO no pudo lograr.
Concluyo hoy con un abrazo para los Zapata Santizo. Hasta siempre Margarita.
Correo: amlogtz@gmail.com
Ambrocio López Gutiérrez
Periodista y Sociólogo.
Columnista en diversos medios electrónicos e impresos.
Redactor en el equipo de Prensa de la UAT.
Profesor de horario libre en la UAM de Ciencias, Educación y Humanidades.
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