Matamoros, Tamaulipas.- El pequeño Leonardo y su papá Iván Enrique viven en Matamoros y día tras día, sin importar las inclemencias del tiempo, salen a hacer la lucha por sobrevivir cantando en los negocios donde les dan la oportunidad de hacerlo a cambio de unas monedas.

Ellos pertenecen a una familia conformada por papá, mamá y cuatro hijos, entre ellos el pequeño Leonardo que es “cuate” de otro menor de edad igual que él, ambos tienen cinco años.

Rivera es la cabeza de la familia y aunque su esposa le ayuda al trabajar en una maquiladora, apenas y gana 500 pesos por semana, pero ahora ella está de vacaciones y tienen cuatro niños muy inquietos, por lo que optan porque alguno de ellos se vaya con papá a buscar el sustento.

Leonardo es el que más sigue a Enrique, sobre todo porque le gusta cantar y van a todos los restaurantes y cafeterías donde les dan oportunidad de hacerlo y los comensales les dan unas monedas, aunque sin duda, la chispa, el carisma, y porque no, hasta el sentimiento que le imprime el niño a las canciones, hacen que la gente se vuelque a darle dinero al pequeño.

Iván aseguró que a los niños les gusta cantar, además de que con lo que obtienen les compra lo que necesitan y lo que quieren, pero afirmó que no por eso Leonardo deja de ir al Jardín de Niños, ahora porque está de vacaciones, pero regresará a las aulas y pronto entrará a la Primaria.

Dijo que no tiene trabajo fijo a pesar de que ha dejado solicitud en un gran número de empresas, pero como tiene alrededor de nueve años en la “cantada” y le piden experiencia laboral o bien cartas de recomendación, no las ha podido llevar porque no ha laborado en los últimos años.

Afortunadamente les gusta lo que ellos han llamado “su trabajo”, la cantada y por si fuera poco, queda para comer e irla pasando, “Leonardo es cuate, no gemelo, su hermanito es más chaparrito y más morenito, pero en lo que son igualitos es en lo tremendo, en lo travieso, no hay ni a quien irle”.