Matamoros, Tamaulipas.- Mientras muchas familias de Matamoros salieron a disfrutar el espectáculo que representó la nevada en esta frontera, hay también quienes pasaron penurias y fríos, y que por no tener una casa abrigadora tuvieron que irse al albergue que se habilitó para personas refugiadas.

Tal es el caso de Carlos Alberto Ponce Meza, originario del estado de Chiapas, quien tuvo que irse a refugiar al único albergue habilitado en Matamoros, para poder resistir las bajas temperaturas; se fue con toda la familia, pues su casa es de madera y de cartón.

Ello debido a que desde hace dos años vive en un asentamiento irregular al llegar a un predio como “paracaidistas”; es una invasión denominada “Laguna de Miralta”, en donde sin duda, por las condiciones de la vivienda no iban a poder resistir el fuerte frío que se dejó sentir en esta ciudad.

Dentro de su infortunio sufrió un accidente al caerle encima dos garrafones de agua, que le lastimaron una de sus extremidades inferiores y que no le han permitido trabajar para poder llevar sustento a su esposa y sus cuatro hijos.

Afortunadamente en el albergue se cuenta con la presencia de médicos quienes ya le están atendiendo; no tiene trabajo y se vino a Matamoros con la esperanza de mejorar sus condiciones de vida.

A pesar de todo, Carlos Alberto no se desanima y seguirá en busca de oportunidades, ya que además de tener motivos, como son su familia, aseguró que las condiciones de vida son mucho mejor que en su natal Chiapas.